Banalidades

Que el 61% de los jóvenes consideren que esta droga es una amenaza bajo o nula para su salud es un dato preocupante

La planta del cannabis.
La planta del cannabis.

 Mientras hace días se aprobaba en el congreso el uso terapéutico y medicinal del cannabis, expertos médicos y psiquiatras no han tardado en pronunciarse sobre este tema controvertido. “Su consumo se ha asociado a una mayor predisposición de depresión, trastornos de ansiedad y a enfermedades muy graves como psicosis, esquizofrenia o a un mayor riesgo de suicidio” ( Miguel Álvarez de Mon psiquiatra para revista Telva).

La popularidad, la moda de consumir cannabis en la década de los noventa y la visión romántica del porro, se han transmitido con éxito durante estos años frente a la acumulación de suficientes evidencias científicas y del riesgo que conlleva para la salud. Nuestros señores políticos a la hora de acatar decisiones y al igual que ha ocurrido con la pandemia, se dedican al populismo en vez de consultar a los médicos especialistas. 

 En el último año el 10% de la población a consumido cannabis. Que el 61% de los jóvenes consideren que esta droga es una amenaza bajo o nula para su salud es un dato preocupante. Normalizar su consumo como sucedió en su día con el tabaco extenderá también su ingesta. 

 Sería conveniente que la sociedad conociera lo perjudicial que es esta droga a muchos niveles, y especialmente en adolescentes, ya que afecta al desarrollo del cerebro. Cuando una persona acostumbra a ingerir esta sustancia se ve alterada la zona del cerebro que regula el placer y la recompensa, de esta forma el adolescente demuestra aburrimiento ante una cesión de cine o una quedada para tomar algo con amigos, lo cual antes de fumar esta droga si les resultaba entretenido. 

 Síntomas como la incapacidad de regular las emociones, irritación constante, no saber gestionar las frustraciones, deterioro en la capacidad de iniciativa y para el esfuerzo que afectan negativamente al rendimiento de los fumadores. Lo peor de todo es que estos perjuicios mencionados pueden llegar a ser permanentes.

A nivel físico, se ha comprobado que el porro tiene el mismo efecto que el tabaco sobre el cáncer de pulmón. A pesar de todo algunos defienden y aprueban su uso terapéutico sin existir nada evidente que lo apoye. Y aún así y en principio, dentro de un año estará disponible en las farmacias de España. Con respecto a este tema considerado complicado para algunos, me muestro pesimista ya que creo que esto solo generará una gran confusión en la población. Si por parte de los que legislan se otorga un uso medicinal a esta droga, la sociedad interpretará que no es una sustancia mala. Con los fármacos hay que extremar precauciones y más con aquellos que tienen riesgo de adicción. 

 La impresión de que se está banalizando con este tema tan serio no deja de abordarme. Este acto de legalización vendrá acompañado por un mayor consumo y aumento de tasas de enfermedades. La ley señores gobernantes debe tener también una función pedagógica, pero como sucedió con el alcohol y el tabaco muy aceptados socialmente durante décadas, bastará con poner una pegatina en el envase “El cannabis mata” y todo de nuevo solucionado.

 

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