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José Antonio Bustamante. Empresario y ciudadano indignado

Hace aproximadamente tres años, en uno de los primeros artículos que escribí, traté sobre los nuevos partidos que estaban cobrando cada vez más importancia en el panorama político español y que se estaban consagrando como serias alternativas al bipartidismo que durante demasiados años ha regido nuestros destinos a nivel nacional, autonómico y municipal. Decía por entonces que estos partidos, nacidos en su enorme mayoría de la sociedad civil, no eran más que la consecuencia directa de una gestión nefasta por parte de los que han sido nuestros gobernantes durante todos estos años y que, a buen seguro, conforme pasara el tiempo, irían apareciendo muchos más.

Eso fue antes de las elecciones municipales del 2011 y el tiempo, desgraciadamente, me ha dado la razón. Digo desgraciadamente no porque esté en contra de la proliferación de estos partidos, más bien todo lo contrario, sino porque no es más que una confirmación de que los grandes partidos han seguido en su obstinación de gobernar mirándose el ombligo en vez de velar por los ciudadanos hasta que estos, hastiados de tanta corrupción y de escuchar que los recortes que sufrimos es porque nos lo merecemos, se han rebelado y organizado dispuestos a tomar el relevo.

Actualmente hay 4.011 partidos políticos en España inscritos en el Registro, más un total de 54 federaciones de partidos, habiéndolos para todos los gustos y de todos los colores políticos: desde el Partido Pirata hasta Vox, pasando por Podemos, Sí a la vida, Partido demócrata y plural, Poder civil, Identidad, Unión por los derechos del ser humano, Unión y alternativa ciudadana, Frente Popular, Somos, Alternativa republicana, Transparencia solidaria, Partido por la Igualdad, Partido X, Partido Animalista, Escaños en Blanco, Hartos.org, Sociedad Civil y Democracia o los más conocidos como Ciudadanos, Equo o UPyD, pero ni son todos los que están, ni están todos los que son. Sin ningún lugar a dudas, conforme nos vayamos acercando a las próximas elecciones municipales se irán sumando más y más partidos nuevos. Algunos han hecho de la demagogia y la ambigüedad su razón de ser, otros han elevado el chaquetismo a otro nivel, pero sin duda la actual abundancia de programas dedicados al debate político traerá consigo una nueva horda de políticos que, aprovechando la popularidad que otorga la pequeña pantalla y al más puro estilo del telepredicador estadounidense, se lanzarán a la arena política tras, seguramente, publicar un libro.

En el tiempo que resta para las elecciones quisiera desde aquí ir desgranando a estos partidos porque, indudablemente, hay mucha tela que cortar. Los hay que han nacido, como decía al principio, directamente de la sociedad civil, pero también los hay que se han constituido a raíz de que sus máximos dirigentes abandonaran con antelación otro partido, como ocurre con Vox y el PP o con UPyD de Rosa Díez y el PSOE. Asimismo los hay que han nacido directamente tendiendo la mano a alguno de los partidos tradicionales existentes como ocurre, por poner dos ejemplos, con Podemos o el Partido X. Pero, ¿cómo se financian? ¿Podrían ser la marca blanca de algún partido mayoritario? ¿Ejercen ellos la democracia interna que les exigen a los demás partidos? ¿Qué hacen cuando detectan un caso de corrupción en sus filas? Estas y muchas otras cuestiones son las que iré investigando y las que publicaré en este mismo lugar.

Quién sabe, igual nos encontramos con alguna sorpresa.

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