José Mateos  y su hijo, Emilio Rosales en la Alameda Vieja de Jerez, en una imagen de archivo.
José Mateos y su hijo, Emilio Rosales en la Alameda Vieja de Jerez, en una imagen de archivo. MANU GARCÍA

En octubre de 2017, José Mateos me invitó a presentar su obra en prosa Un mundo en miniatura sobre la que yo había publicado un pequeño artículo en el periódico digital lavozdelsur.es, titulada Un apunte sobre la filosofía de José Mateos: el regreso al origen. En aquel artículo ya señalé la senda filosófica más explícita que nuestro autor iba trazando desde Soliloquios y divinanzas, La razón y otras dudas, Silencios escogidos, y Un año en la otra vida. Y su empeño -cada día más evidente- en mostrar su novedoso y antiguo empeño por abordar el misterio, que se esconde poliédricamente en las tres vertientes mediante las que se nos manifiesta el Ser: la verdad, la bondad, la belleza.

Esta búsqueda del sentido da un nuevo paso con la presentación de la obra de teatro Proyecto Amniótica (de la que es autor y director), que este jueves 15 de abril se estrena en el Festival de Teatro Independiente de Barcelona y que posteriormente se podrá ver en Madrid, Sevilla y Málaga, entre otras ciudades. En ella, la tensión racional y estética del propio texto, se encarna en el drama del astronauta Tom Mayor, interpretado por el joven actor Emilio Rosales, en el momento de mirar a la cara su propia muerte sobrevenida por un fallo en la batería que debe alimentar el generador de oxígeno de su nave espacial.

El aparente monólogo de Mateos-Emilio-Tomás en realidad es un diálogo. Porque se hace de la mano de los grandes hombres que nos han precedido en este intento, tal vez imposible, de encontrar sentido al sentido. En un camino que recuerda al emprendido por Dante de la mano de Virgilio en la Divina Comedia.

Proyecto Amniótica.
Cartel de Proyecto Amniótica.

Desde los presocráticos hasta Nietzsche, desde la caverna de Platón hasta Hobbes, desde los existencialistas y el teatro del absurdo hasta la mística y ascética… con la mejor tradición filosófica de la mano, formula con voz dramática Mateos-Tomas-Emilio las preguntas, las dudas y los anhelos que acompañan a la humanidad toda. Y se van desgranando con armonía los grandes asuntos que siguen constituyendo la columna vertebral de la preocupación humana: la posibilidad de la comunicación con el otro, el miedo ante la muerte, la angustia de un ser arrojado y solo en medio de la “gran oscuridad”, las dudas sobre el auténtico rostro de Dios, la esclavitud a la que nos ha sometido la razón utilitaria, la búsqueda de la verdad más allá de la apariencia, de la soberbia y vanidad de nuestros dioses menores… la intuición o la esperanza de que el amor -y solo el amor- pueda finalmente salvarnos.

Visto desde este punto de vista el Proyecto Amniótica probablemente sea una de las obras más explícitamente filosóficas del autor, en cuya evolución se van perfilando con mayor nitidez los asuntos que constituyen su particular modo de estar en el mundo, su weltanschauung, hecha más de preguntas que de respuestas, más de señalamientos que de definiciones, como nos tiene acostumbrados, presocraticamente. Una obra que añade la tensión dramática de la tragedia que vive el astronauta Tomas Major a la emoción contenida y clarividencia con la que Mateos aborda siempre estos interrogantes.

He querido dejar para el final mi mayor sorpresa: la actuación de Emilio Rosales, hijo del autor y joven actor de 20 años. Es impropio de su edad y, por tanto, lógicamente, de su breve trayectoria profesional la madurez y el aplomo con el que se enfrenta a este difícil reto. En mi modesta opinión, con un resultado sobresaliente. Consiguiendo un registro dramático perfectamente ajustado a la intensidad emocional del texto, en el que es muy fácil equivocarse por exceso o por defecto. Emilio afronta el desafío sin dejar que la contundencia del texto lo apoque o lo arrincone en la escena; al contrario, se desenvuelve con la soltura, el valor y la intensidad emocional que le exige el drama que representa. Su juventud y su aparente fragilidad física añaden un contraste sobrecogedor ante el enorme tamaño de este desafío, en el fondo del texto y en la forma escénica.

Proyecto Amniótica es una obra brillante, densa, desafiante, inquietante…y esperanzada. Emocionante. Un paso más en la madurez del pensamiento de José Mateos y un paso excelente -su primer gran paso- en la carrera profesional del joven actor Emilio Rosales.

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