Michel Mompontet, presentador de QDBN.
Michel Mompontet, presentador de QDBN.

Te levantas de la cama, que ya no es poco, y los primeros segundos del nuevo día los usas para confirmar que todo sigue en pie.

Tienes hambre, como cualquier ser al que se le ha dado la vida, pero te sigue inspirando —antes de nada— ese medio vaso de limón recién exprimido para perder los kilos y las penas que te sobran. Glup. De un solo sorbo como se hace con lo bueno.

Luego la corbata para los que venden, el cinturón para los que continúan buscando. Déjate de tonterías y sonríe que estás vivo. Vivo de vivir. Con poder leer y entender estas palabras ya debería bastarte.

Luce bien la mañana. Siempre luce aunque estén cayendo mil rayos por segundo pero entiendo de sobra que tengas días que puedan contigo. Todos somos héroes del existir hasta nuestros propios caídos.

Por eso mismo, porque cuesta, que no me inyecten desastres humanos. Yo, como humano, los conozco mejor que nadie. Ellos, como diablos, sólo saben de infiernos.

Llego a mi café y a mi tostada, cosa que espero desde que tengo noción del tiempo, y la televisión en el bar me asalta, sin conocerme de nada, con muertos que por desgracia no podría alcanzar a amar nunca. Me hace cómplice del robo de millones y millones de euros a las arcas del país. Me convierte por arte de magia negra en policía, de aquí no pasáis, que dejará su vida si hace falta para detener a los miles y miles de refugiados que huyen de sus guerras y de sus hambres. En policía me convierte el presentador que no me conoce de nada. Televisión que nos lleva a odiar a los refugiados cuando en nuestro sano juicio, con el que nacimos, no dudaríamos en ofrecerles un plato de comida o un techo.

No leas desastres y te culpes por ello. No veas odio para odiar. No hagas verdades de las mentiras. No digo que no sientas, que no padezcas, porque la emoción o la compasión son indispensables. Pero no entres en el juego de las miserias. No es necesario.

Hay un programa en la televisión francesa, QDBN, dirigido por Michel Mompontet que tendría que ser norma obligada en todas las cadenas del mundo. Todas.

Mientras Macron, como digo Macron podría decir Trump o alguno de los que se señalan como nuestros, proclama en su respectivo noticiario eso de Nous sommes en guerreWe are in warEstamos en guerra, en QBDN abren con la maravillosa noticia de que dos niños, de no más de doce años, salvan de morir ahogado a otro en un lago. Héros ordinaires / Que artistas de todas las artes y disciplinas van a las casas de los ancianos e impedidos y a través de la ventana actúan para ellos. La beaute à la fenêtre / Que hay personas que se encuentran después de varios años de obligada ausencia. La recontre rêveuse.

Puedo parecer estúpido pero no lo soy. Estos gestos, saber que podemos ser posibles y generosos con los demás, que estamos aquí para ayudar y ser ayudados, que hay un mundo amable ahí fuera y que espera lo mejor de nosotros, nos hace sin duda ser mejores.

Así que no temas porque a pesar de todo lo que nos cuentan hay millones de buenas historias esperándonos fuera.

Gracias Michel.

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