La necesidad nos convierte en obligación

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Francisco Jab

La bandera de Andalucía.
La bandera de Andalucía.

Cuando hablamos de hacer pedagogía sobre el andalucismo, primero deberíamos hacer pedagogía básica social, la razón es simple. La distorsión por parte de la política del pensamiento, los movimientos sociales e incluso las ideologías, hace que con extrema facilidad la realidad quede oculta en grandes mantos de fango, por esta razón, utilizar palabras tantas veces tergiversadas nos llevan a un encasillamiento ideológico.

La política muchas veces tiene el problema de no conectar con la gente de a piee, esto es porque entre discursos, interpretaciones malintencionadas y comparaciones insufribles, llegan a lo que yo llamo “discurso de miss universo”, tan obvio como vacío de contenido real.

En el sistema actual: Hay que entender y explicar dos cosas básicas. Para que existan ricos deben existir pobres. Si todo el mundo fuera rico, no existirían trabajos infrahumanos. Y para que las personas estén dispuestas a trabajar por un sueldo precario en un trabajo muy duro, deben estar en una posición de obligatoriedad para su subsistencia. Por otro lado, si todo el mundo ganara el mismo sueldo, nadie recogería aceitunas o saldría a la mar, preferiría el amparo del aire acondicionado de una oficina.

Con lo anterior toda zona geográfica tiene su rol definido en el orden nacional. Es un hecho, tanto, como que con el sistema actual esto no cambiará nunca. El rol para Andalucía está perfectamente definido y por eso da igual quien gobierne en el Estado o en la autonomía. Andalucía siempre tendrá un paro descomunal y unos trabajos precarios, es la única manera de tener una masa laboral suficiente, capaz de cobrar muy poco por trabajos como el campo, la mar o la hostelería, esto solo puede sustentarse con el miedo del trabajador a perder un trabajo que anhelan muchos mas. Se basa en el principio de una frase muy nuestra “virgencita, que me quede como estoy”.

En Andalucía, el paro consigue mantener una clase trabajadora servilista y cautiva, donde para mantener su puesto de trabajo llega incluso a usar parte de su pequeña nomina en autoformarse en materias como idiomas, y así poder servir en la costa al turista aleman o ingles con suficiencia. He llegado a ver cómo una persona usaba su dinero para sacarse el carnet de autobús, para cuando su jefe le dijera que además de vender los tickets y servir de guía, pudiera desplazar al turista en autobús, por supuesto, por el mismo sueldo.

En el actual orden con los roles definidos y con el principio de solidaridad roto desde hace muchísimos años, el análisis debe apuntar en otra dirección, porque ningún partido sistémico quiere cambiar dichos roles, roles donde la masa política crece sin parar como garantes perpetuadores del sistema, es un coste que ademas pagan los mismos que odian dicho sistema. No podemos negar que como estrategia es antológica “paga al que te ahoga”. Alguien me comentó una vez que los paranoicos de que estamos siendo controlados con unos chips son idiotas, los poderes fácticos son mucho mas inteligentes, para qué gastarse dinero en un chip cuando te pueden vender un móvil y así pagas tú mismo dicho control, y si quieren más control pues pulserita deportiva, así doble beneficio y doble control. Con esto sacamos un resumen obvio, la política tradicional es parte del problema, no de la solución.

En el curso autonómico, y como he dicho, con un sistema de solidaridad enterrado hace muchos años, el andalucismo debe apuntar a una dirección más real, ¿De verdad alguien cree que el nacionalismo catalán, gallego, vasco, etc., va a renunciar a sus privilegios conquistados por Andalucía? Pensemos dos minutos... No ha sido ni será así jamás. Podemos respetarnos y negociar de tú a tú, pero no importa el ideal político del nacionalismo, Ninguno en sus bases establece el principio de solidaridad para con el resto de España y mucho menos con Andalucía, así que aquellos que quieran dirigir la tercera ola andaluza tendrán que cambiar su discurso tan bonachón como utópico para con otros nacionalismos.

El andalucismo que pretende solo más autogobierno, no aspira más que a perpetuar un sistema fallido y que no permitirá el cambio de rol de Andalucia. Gobernará más áreas del mismo problema, porque no podrá suprimir leyes tan dañinas como la actual Ley laboral, no podrá evitar la fuga de nuestros recursos, ni que las empresas sigan usando Madrid o Barcelona como sede, o dejar de ser el vertedero nacional de productos químicos y nucleares (fosfoyesos, el cabril). Por lo tanto no cabe mas salida al andalucismo que aspirar a la independencia de Andalucía.

Somos la única región de la Península con capacidad de autoabastecimiento, desde la energía, que actualmente generamos el doble de la que necesita Andalucía, a un campo y una mar muy productiva, sin olvidar algo más importante, ser la puerta de entrada del Mediterráneo. Todo ello nos convierte en una potencia estratégica geopolítica dentro de la Península ibérica.

Mucha gente se pregunta por qué el andalucismo está dormido, se despertó para pedir ser una nación, no una región, y los que quieren coger el testigo de 1977 piden menos que antaño. Está dormido porque el andalucismo actual no es rupturista. Yo creo firmemente que el andalucismo es mayoría, pero no ha existido ningún movimiento político que despierte al andalucismo, porque el vértigo les hace ser un partido político más, de los que la ciudadanía está harta y no se cree.

Planteamientos como dejar el horario de verano perpetuo, variar nuestros horarios laborales, van en consonancia a una tierra con muchas más horas de sol que el resto de España. Una renta básica universal basada en el individuo y no en la unidad familiar, porque si un hijo cuenta para que la familia cobre dicha renta, este no se irá jamás, para no dañar a la familia. Un sistema de IVA inverso, donde se pagaría el IVA en destino, así las empresas da igual que residan en Madrid o en Singapur. Pagan el IVA en el momento que vendan aquí un producto. Un cambio radical en materia energética, donde la fotovoltaica sea el epicentro, tenemos el oro llamado Sol a raudales, en Educación, enseñar nuestro pasado, el más rico de toda Europa. Tenemos la ciudad mas antigua del mundo civilizado, la civilización mas avanzada, y no hay un alumno de la ESO que sepa mínimamente la historia de Andalucía. Unas Consejerías acordes a Andalucía, tales como Consejería del campo y Consejeria del mar, tan importante para nosotros.

El andalucismo no puede ser una política de España con la coletilla andaluza, leo muchas líneas políticas que se inventan políticas locales cuando no son más que políticas generales que no deben ser alteradas, sino abrazadas por el andalucismo. Por ejemplo, feminismo andaluz. ¿Qué feminismo es ese? ¿En qué se diferenciará? ¿Es diferente al de Cuenca o el de Toledo?. Eso no es un diferencial andaluz, son unas políticas globales y necesarias.

Hay mucho andalucismo en Andalucía, lo que no hay son dirigentes andalucistas, porque sus egos y ambiciones miran siempre a Madrid, esa es la razón de que no se active. Pero en el mismo momento en que un movimiento explore la vertiginosa pero necesaria línea de la independencia, será cuando se vean los verdaderos resultados de nuestro ADN.

Viva Andalucía libre.

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