Polémica en las redes sociales por el cartel de un gimnasio de Sevilla
Polémica en las redes sociales por el cartel de un gimnasio de Sevilla

La sociedad actual vive marcada por los símbolos y las tendencias. La globalización se está imponiendo a los localismos por goleada, una conciencia ecologista se va abriendo paso para salvar la Tierra y la salud se bate en duelo con la enfermedad, pandemia mediante. Sin embargo, hay algo que, a pesar de los signos de los tiempos, no termina de cambiar. ¿Qué hacemos con el tratamiento no discriminatorio de la mujer?

En el año 2007, se aprobó una Ley concebida con “la vocación de erigirse en la ley-código de la igualdad entre hombres y mujeres”. En líneas generales, consagró una igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres con un compromiso y promoción de la misma en las relaciones personales.

De antemano, pido perdón por mi estupor y escepticismo. Desde el origen de los tiempos, la mujer es un centro de creación e inspiración absolutas, regalando vida a diario y ayudando con su trabajo a conformar una sociedad mejor. Pero, hay señales que llaman a tiempos ya superados y ahondan en el desprecio femenino.

Efectivamente, toca hablar del cartel de un gimnasio y su “Operación Feria de Abril”. Lógicamente, el gimnasio tiene la libertad de creación para exponer su publicidad como desee y puede hacer referencia a la mujer, ya sea de forma expresa o implícita. ¿Dónde está el problema? En el plano en el que la mujer deja entrever sus michelines en la espalda de un traje de gitana. De igual forma, el anunciante no evidencia de forma alguna los kilos de más que podría tener un flamenco caballista.

En todo caso, el dibujo del anuncio está fuera de lugar, criminalizando públicamente a las curvys y los efectos adversos del cumplimiento de las medidas de contención de la pandemia sobre la población. No todo vale. Esta generación que se abre paso merece vivir en una sociedad positiva y optimista, que pueda verse atraída por mejorar su salud física y mental. Ahí está la clave: la pérdida de peso y un cuerpo estilizado pueden merecer mucho la pena.

En definitiva, las formas son tan importantes como el fondo en una publicidad. Una mujer no se resume en un cuerpo, es un ejemplo de lucha constante, sacrificio y una fuente de sonrisas inagotable. Mejor resumirlo en dos palabras: “Mujer valiente”.

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