Zambombas en Jerez: surge el ELZN

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador y colaborador habitual de lavozdelsur.es. Últimamente he publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

Zambombas en Jerez, arte y ELZN.
Zambombas en Jerez, arte y ELZN. MANU GARCÍA

En aquel tiempo de diciembre, en Jerez de la Fra empezó a madurar una iniciativa inusual. Comenzaron a verse en las paredes y escaparates del centro de la ciudad pegatinas en las que ponía ELZN, que así, a lo rápido, los pocos ciudadanos a la vez informados y de izquierda tanto de la ciudad como de fuera interpretaron como propias del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, pero tras encogerse de hombros y poner morrillo nadie se paraba un momento a recapacitar en que a qué venían esas siglas tanto tiempo después de aquella insurrección en Chiapas, a la sazón México… e incluso menos en que las siglas del Ejército Zapatista eran EZLN, que no es exactamente lo mismo que ELZN, no… pero como esos días de celebraciones en Jerez todo el mundo andaba, digamos, un poco disléxico, por no usar otra palabra esdrújula, tipo dipsómano, nadie –casi nadie- reparó en el baile de siglas, incluso en el hecho de que en algunas de esas pegatinas aparecía una pequeña coma partiendo en dos la palabra, EL,ZN.

El nacimiento del ELZN está directamente relacionado con el hecho de que de manera casi clandestina entre unos pocos habitantes del centro de Jerez comenzó a fraguar la idea de crear una especie de guerrilla, en este caso urbana, que plantara cara al desopilante fenómeno conocido como ‘Zambombá’, palabra actualizada y puesta al día de lo que años atrás se conoció como Zambomba, una especie de broma de ida y vuelta para dicho término, antaño en boca de despistados generalmente llegados de fuera y después en uso tanto de cabales como de afectados hartos de su proliferación. 

Bien… ha llegado el momento de poner nombre ya a las siglas: El ‘Espacio Libre, Zambombas No’ (ELZN o EL,ZN si nos atenemos a su configuración primigenia, original hasta en el hecho de introducir una coma entre siglas) ha surgido con una única función: precisamente poner coto a las ‘Zambombás’, incluso a las ‘Zambombadas’, de haber entre propios y extraños gente de esa que por bacalao dice ‘bacalado’, de puro fina que es.

Desde que el Ayuntamiento de Jerez de la Fra consiguió que la Zambomba fuera considerada BIC, algo que, en principio, como recordaran los lectores y las lectoras, quería decir Bien de Interés Cultural, antes de que buena parte del personal, con la inestimable colaboración municipal, decidiera que BIC iba a corresponderse más bien con Botellón Intensivo (en el) Centro, comenzó a surgir este difuso pero voluntarioso movimiento vecinal cuyos participantes se reconocían con contraseñas que, francamente, de secretas no tenían nada… en realidad, tampoco se reconocían, hablando en propiedad, se conocían: eran los propios vecinos del centro diciendo a sus iguales “esto no lo soporta ni su puta madre” o el más religioso “esto no lo aguanta ni dios”… que lo de definir dichas afirmaciones como contraseña tiene más que nada algo así como de literario, factor que nunca hay que dejar de lado cuando se emprende una iniciativa de estas características…

El movimiento ‘Espacio Libre, Zambombas No’ se planteó al principio ayudar a algunos vecinos del centro especialmente afectados por la Zambombá mediante la compra de zotal, de varias arrobas de lejía, la retirada –también mediante compra- de partidas de panderetas de los chinos o incluso el pago de comidas y cenas a base de montaditos en el extrarradio, pero decidió que, al final, ese tipo de medidas no dejaban de ser paliativas y no iban encaminadas a la lucha directa del fenómeno a atajar para el que ha nacido. 

Ya, ya… la batalla cultural, como se dice ahora, está en las redes, queridos amigos, estimadas amigas. En las redes y en esas pegatinas dispersas que, al principio crearon incredulidad y ahora son símbolo de esperanza… ¿Cuál será el siguiente paso? El ELZN tiene claro que la piedra de toque será la aparición, más pronto que tarde, del primer bar (hasta ahora supuesto enemigo) que, recogiendo las propuestas y enseñanzas de la propia organización, se declare abiertamente como un ‘Espacio Libre, Zambombas No’ -incluida la terraza-, bien por convicción ética bien por explorar una nueva vía de negocio, que al fin y a la postre tanto da. Y ese día cada vez está más cerca…

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