Villancicos, los de Jerez ('in dreams')

Madre, feminista, minoría étnica, emprendedora (más adelante, según la copla, va y hace un buen negocio vendiendo la mula…), así que evidentemente estamos ante una mujer empoderada

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador y colaborador habitual de lavozdelsur.es. Últimamente he publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

Zambomba en Jerez, el pasado 6 de diciembre.
Zambomba en Jerez, el pasado 6 de diciembre. MANU GARCÍA

<<Y venga a darle madroños al niño… pero si ellos mismos se están dando cuenta cuando dicen que no le des más madroños al niño “que se va a emborrachar…"; cualquiera sabe a estas alturas de Navidad en Jerez de la Frontera qué se entiende por “se va a emborrachar”. Si es que el fruto del madroño, una baya del bosque, bueno, del bosque o de donde sea, ¡empieza a fermentar ya en el arbusto! Pues nada, a ver cuántos madroños se había tomado ya el niño hasta que alguien diera la voz de alarma en el villancico: “Madroños al niño no le demos más…”, así, con su hipérbaton y todo. Hala. Y cuidadito con la rima de madroño en alguna zambomba canallita, eh… Me gustaría saber qué hace la Fiscalía de Menores al respecto: nada, qué va a hacer, si seguro que el fiscal es el primero que está por ahí dale que te pego a la pandereta, que esta gente de Jerez en estas fechas es que como que no tiene medida… 

Y aquí estamos, yo ya pidiendo un rengue… qué hablamos de rengue… ‘derrengao’ es la palabra, eso sí, que eso es lo que estoy yo, que cuando llegue a casa lo primero que voy a hacer es llamar al jefe y decirle que me cojo un par de días, que como si son de empleo y sueldo, que a quién se le ocurre ir a descansar –ja, ja, a descansar- un puente prenavideño a Jerez, hay que estar ‘pirao’. Y venga “rengue, rengue, rengue”, rimado –ja, ja, ja… rimado- con “güi, güi, güi” y con “litón, litón, litón”, que como una regadera –ya digo-, es que estos de Jerez están como una regadera. Y venga el sonido “oui, oui, oui”, ‘sí’ en francés por triplicado… Espera un momento, que lo mismo este villancico tiene algún mensaje de la francmasonería –vulgo, masonería-, que ese ‘güi’ o ‘oui’ es muy sospechoso… y a ‘litón’, si le quitas el acento y lo dejas en ‘liton’, creo que es cama en esperanto o eso dice la wiki… total, que a nada que te pongas la copla dice de manera encubierta (para eso hablamos de masones) algo parecido a “sí, sí, sí a un rengue en una cama…”, que mejor déjalo, que tienes la imaginación muy calenturienta hoy…

Lo que está bien es lo de la Virgen, que qué me dices de lo de la Virgen. Ella lava, pero ahí tiene a San José tendiendo hace más de dos milenios en Oriente Próximo. Como debe ser. Que a ver, que es verdad, que no es lo mismo, que aquí estamos hablando de ir a lavar a la piedra del río –espero que no sea el de Cartuja-, pero por lo menos el villancico pone a San José a hacer tareas domésticas. Además, el villancico deja claro que la Virgen era gitana y no judía, como cabía esperar y nos han dicho desde siempre. Madre, feminista, minoría étnica, emprendedora (más adelante, según la copla, va y hace un buen negocio vendiendo la mula…), así que evidentemente estamos ante una mujer empoderada que merecería ya varias ponencias en cualquier Observatorio de la Mujer que se precie…

El papel del carpintero es más complicado de explicar, es un personaje poliédrico, que diría ahora cualquiera de nuestros grandes actores. Si bien está dispuesto a compartir algunas tareas domésticas, al final solo se reserva los diez minutos que le lleva lo de tender –vaya, que ni el arroz de los domingos con la familia- y luego va y se queda el “corretaje” de la venta de la mula que ha hecho la Virgen… cosas, digamos, del heteropatriarcado. Al parecer, además San José es gachó. ¿Se puede ser judío y gachó? A ver, eso por descontado. Y seguro que es un hombre ‘binario’… que a ver, que la copla no dice nada al respecto, pero es muy probable que con el corretaje de la mula el carpintero se haya ido con los amigotes a comprobar si es verdad lo que dicen del río de Cartuja… eso sí, espero que el caudal vinatero que dicen que lleva sea de amontillado, un vino muy bueno, que a mí el dulce como que… que no, vaya, que no… ni con polvorones ni con nada… pero bueno, ignoro por completo el gusto de los carpinteros judíos-gachós, aunque la comida y bebida kosher vale un pico… Lo que de verdad espero es que no cojan el coche para ir y volver de Jerez al río de Cartuja, que no está la cosa como para…

Ay, los coches, hablando de coches… qué villancico ese de las calles de San Francisco… bueno, creo que es en singular, que va solo de una calle, pero ese sí es chulo. Vaya, que la canta un coro y tú pon que estás un poco lejos, acodado en la barra del fondo… que vas un poco cocidito ya después de tres anises y cuatro ¿morenitas lo llaman? y entonces cierras un momento los ojos, justo antes de que te llegue el próximo empujón, y estás viendo las calles que salían en la serie de televisión, con todas esas cuestas y los coches colina arriba y colina abajo… y a Steve McQueen, joder, Steve McQueen, el tío más ‘cool’ del planeta, ahí con el coche también subiendo y bajando… bueno, este tío no salía en Las calles de San Francisco, que antes los grandes no hacían series, que qué va, qué dices, que antes había clases...

Ay, la clase, la clase… ya me advirtieron los propios de Jerez que si en una zambomba se cantaba la Micaela que no le diera mayor importancia, que lo que pasaba es que en vez de estar en una zambomba estaba en una ‘zambombá’, pero que oye, que también tienen su punto… que aquí yo no puedo decir nada, que todo tiene eso, su punto, desde luego, por mucho que a veces sea alucinatorio… Si al final es tontería, si en casi todas las zambombas se canta la tal Micaela, que vale que no vaya en el programa oficial, pero siempre hay una mesa díscola tras la actuación del coro o un grupito en la barra del bar que no se aviene a razones. En realidad, la letra no es muy distinta a la de temas como Fever, con su “when you kiss me, fever all through the night”, que ha cantado desde Elvis a La Lupe… qué graciosa la versión de La Lupe, por cierto, ja, ja, imagínate a La Lupe en una zambomba de Jerez, qué punto destroyer… Pues total, que la cosa va de, digamos, confusión con la calentura, hacer una única calentura de dos tipos distintos de calentura. Fácil. Digan lo que digan a mí la letra del villancico me gusta, en unas pocas líneas tiene elementos de una gran novela: romance, suspense y final ambiguo: Porque… ¿qué es si no lo de “ahí, ahí, ahí”? Ah… y lo de la evacuación de la pringue que “por ahí corre” no deja de ser un claro compromiso con el medio ambiente, todo sostenible lo de la Micaela… 

…Aunque hay que pensar también en mejorar los caminos en invierno, que con el agua, el viento y el frío pues, claro, son impracticables… y la corona de espinas, hombre, que qué pronto, ni tres meses de gracia, nacido para morir, como todos, pero hombre, no sé, aunque todos sabemos cómo empieza y acaba este tema, qué menos que dar tiempo al tiempo, como quien dice… o lo del tal marinero Ramírez, que a saber qué convenio laboral tiene el pobre, “con sus muertos tós”, y…>>

De repente el tren dio un pequeño traqueteo justo cuando anunciaba su entrada en la estación de Puerta de Atocha, lo justo para que el tipo se diera levemente contra el cristal de la ventana en la que tenía reposada su cabeza. Todavía somnoliento, con los ojos enrojecidos después de dormir casi cuatro horas del tirón, miró su reloj: el Alvia de Cádiz a Madrid llegaba puntual… con su puntualidad habitual, claro. Diez minutos tarde.

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