'Se vende'

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador y colaborador habitual de lavozdelsur.es. Últimamente he publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

La antigua comisaría del Arroyo, en Jerez, ya tiene nuevo propietario.
La antigua comisaría del Arroyo, en Jerez, ya tiene nuevo propietario.

En la era digital -o lo que sea esto que vivimos- choca cómo se ha puesto a la venta el palacio de los Condes de Puerto Hermoso, la antigua comisaría de la Policía Nacional en Jerez, para entendernos. Desde hace un par de semanas o así la entrada del céntrico edificio tiene un explícito cartel formalmente acorde con lo que podríamos llamar las fórmulas de comunicación de la vieja escuela inmobiliaria: Un rotundo Se Vende acompañado de un par de números de teléfono. Todo un clásico. Unos días antes, mi amiga R, que trabaja en el sector inmobiliario, me hacía ver que los carteles de venta o alquiler de pisos -ese habitual de tantas terrazas junto con los geranios- prácticamente han desaparecido. Le dije “ah, pues sí, ahora que lo dices… ¿Y eso?”. Y eso, al parecer, según R, más que por el auge de internet es por otro auge, el de los okupas, que cuando ven un cartel de ‘se vende’ o ‘se alquila’ entienden que la propiedad puede estar sin habitar, por lo que este método tradicional de contacto, tanto de particulares como de profesionales, ha ido dejando paso a plataformas digitales y oficinas de intermediación.

Lógicamente esto al Ministerio de Interior le importa poco: no hace falta poner un cartel informativo para darse cuenta de que el edificio está vacío desde que salió por la puerta el último agente y echó metafóricamente -o no- la llave a dicho edificio. El abandono de este palacio decimonónico siempre ha hecho temer a los vecinos de la zona la posibilidad de saqueo más que de okupación, aunque a este cronista le da que poco o nada debe quedar ahí que tenga algún valor, si bien es cierto que desconoce por completo la cotización en el ‘mercado libre’ del cobre, plomo, etc.

Desde que se confirmara que la Policía Nacional se marchaba de este edificio (al entender que era más operativo contar con nuevas instalaciones en las afueras que mantener en permanente reforma un edificio que, se hiciera lo que se hiciera, nunca sería adecuado) hasta el momento en que se ha colgado el cartel analógico, han transcurrido varios años de debate sobre cual sería su futuro, pensando siempre en términos de lo público. Craso error, ya ven. A iniciativa de IU, el Ayuntamiento planteó en su día la posibilidad de que el edificio albergara un parador nacional, una idea sin duda interesante y eso que se da en llamar dinamizadora, aunque es cierto que sería necesaria una importante inversión en la reforma y adaptación del inmueble -que a ver quién- y que la provincia tiene ya varios paradores. El gobierno municipal también estudió algún acuerdo que, al menos, deviniera en alguna actividad de uso público del palacio, consciente de la necesidad de alicientes en una zona un tanto degradada desde un punto de vista económico -entre otras razones por la propia marcha de la Policía- como es el Arroyo y su entorno (ahora en vías de remodelación). La respuesta final del Ministerio a las aspiraciones municipales no ha podido ser más explícita: Se Vende. 

Esta vez, está claro que no han bastado los buenos oficios de la alcaldesa Mamen Sánchez ante el Gobierno, como diría su epígono el concejal José Antonio Díaz: maquinista del tren a Barcelona y en misa con este palaciego Se Vende. 

No podemos, por cierto, evitar unas palabras para el ministro del ramo, Grande-Marlaska, que a la sazón resultó elegido diputado por…. sí, por Cádiz. Señor ministro de Interior, el hecho de que fuera como cunero en la lista del PSOE provincial las pasadas elecciones -por cierto, a este cronista la palabra ‘cunero’ que usan actualmente los políticos le resulta un tanto desagradable, no sé, tiene algo como de inclusa, prefiero la antigua ‘paracaidista’, tan gráfica- no le exime de tener algún pequeño detalle con su circunscripción, tal vez al contrario. No sé si la respuesta era un parador, pero no parece excesivo que desde la Administración central se pudiera haber facilitado algún tipo de dotación pública para un edificio singular, el barrio, la ciudad y la provincia en que se incardina: cualquier cosa menos responder Se Vende

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