Decir que Jerez carece de proyecto de ciudad es un tema recurrente en estas líneas. Bueno, de estas líneas, de la oposición municipal (gobierne quien gobierne), de las barras de los bares, redes sociales y seguro que de parte del propio gobierno municipal en alguno de esos momentos que los cursis llaman petit comité (y gobierne quien gobierne, eh, que quede claro). ¡Qué equivocados estaban… perdón, estábamos! De repente se ha producido uno de esos giros inesperados y Jerez se ve envuelto en distintos proyectos en varios campos, todos ellos de indudable atractivo y con visos de cuajar de cara al futuro. Si desde los 90 Jerez ha ido viendo como una y otra vez todos los proyectos que empezaban por ‘ciudad’ iban cayendo en el olvido –recordemos solo a modo de botón la ciudad del motor o la ciudad del flamenco- por falta de recursos y/o voluntad política, ahora nos encontramos con viento de cola en actividades muy diversas pero que, a su manera, dan forma a un todo que se presenta, ya digo, esperanzador.
En primer lugar está Jerez como ciudad de series, que desde aquí proponemos ya que sea ‘Jerez, En Serie’, que suena así como muy fabril. Ahí está el rodaje de ‘The Crown’, con el Alcázar –y los aparcamientos de su alrededor- patas arriba. Todo un trasiego, al parecer, entre Jerez, Sevilla y Málaga. Hace años Jerez estuvo a punto de salir en ‘Juego de Tronos’ (se llegaron a tomar exteriores), pero al final no pudo ser. Ahora, con ‘The Crown’, con las series, en definitiva, Jerez se suma al fin a esta nueva modernidad que no sabemos por qué razón hasta ahora le ha sido esquiva. Sin ir más lejos, en el medio de izquierda de referencia histórica para la gente que nos acercamos a una edad provecta, la sección ‘Las Series de la Semana’ comparte protagonismo con las andanzas del pícaro –y, por ende, españolísimo- Puigdemont o las vicisitudes del volcán de La Palma, y en una posición muy destacada respecto a las noticias sobre el precio de la luz -¿luz?, ¿qué luz?-.
Pero esto no es todo. Jerez es, de repente, una ciudad ‘tiktoker’ (aquí no nos vamos a complicar mucho con el nombre del ‘proyecto de ciudad’, basta con recurrir a las mayúsculas: ‘Jerez, Ciudad TikToker’). Al parecer, la calle Carpintería Baja (aunque figura con un nombre distinto, ignoro si es un simple error, un nombre antiguo que se ha colado o habitualmente en la red se cambia el nombre para despistar) lleva tiempo petándolo como fondo recurrente que utilizan nuestros hábiles mozalbetes especializados en esta red social. Personalmente no le encuentro especial interés a dicha calle –bueno, es una calle andaluza tipo, y creo recordar que allí vive la madre de mi amigo Eduardo- pero hete aquí que ha sido descubierta, casi cabría decir que desenmascarada, por una ‘tiktoker’ que tiene cientos de miles de seguidores que, a buen seguro, estarán haciendo ya el petate para venir a conocer Carpintería Baja de primera mano, como ocurrió con la escalera del Bronx en la famosa escena de ‘Joker’. El puente del Pilar mismo, que parece que va a hacer bueno. Así que, señoras y señores del Clúster Destino Jerez, empresarios de la hostelería y hotelería, simples especuladores… yo, después de ver a la señora ‘tiktoker’ al borde de la emoción al pronunciar “aquí está el famoso balcón blanco” mientras deja claro que está paseando físicamente por la calle, no me lo pensaría mucho e iría tomando posiciones.
Pero qué cosas. Si estamos viendo cómo Jerez liga su suerte a nuevas tecnologías y nuevos gustos en televisión, resulta paradójico que también lo haga en un sector tan clásico como es (redoble)… el de las bodas. Porque, ¿cuántas bodas de fuste y tronío llevamos este año en Jerez? Y este sábado, cuando el lector o lectora abra ávido su ordenador o su móvil para leer MARCA ACME, estará a punto de celebrarse otra. Aquí tampoco hay dudas posibles en cuanto al nombre: ‘Jerez, Ciudad Nupcial’. “Bueno, esto no lo veo, la gente cada vez se casa menos” puede que diga algún lector despistado, alguna lectora envuelta en luchas identitarias… Craso error. Es posible que de la clase media para abajo la gente haya dejado de casarse o pase rápidamente por el juez o el Ayuntamiento, pero… ¿y los ricos, sobre todo los ricos de ‘dinero viejo’? No, amigos despistados; no, amigas identitarias, no. El ‘dinero viejo’ se sigue casando por la Iglesia y por todo lo alto. Y eso no va a cambiar ni por decreto ley. Y ahí está Jerez. En realidad, mejor habría que decir “ahí está el Sur”. El Sur. Andalucía vista desde Madrid, muchas veces por hijos y nietos de andaluces adinerados. El Sur, con mayúsculas. A mitad de camino de la entelequia y del paraíso. Les voy a contar una anécdota verídica, como decía aquel humorista. Una chavala jerezana, residente en Madrid por trabajo, habla un día por teléfono con su madre, en Jerez, y le dice “sí mamá, a ver si puedo escaparme un fin de semana, que tengo unas ganas de ir al Sur…”, a lo que su madre le respondió más o menos con un “qué Sur ni qué Sur, niña, ¿tú estás tonta? Tú eres de Jerez”. Como lo cuento, adjetivo arriba o abajo. Y es que el Sur, así, el concepto, es solo de los ricos. Y una boda en el Sur… vamos, infalible, es que entre las amistades de Madrid no tienes ni que poner en la tarjeta eso tirando a vulgarote de ‘se ruega confirmación’. Pues hala, a trabajar en ‘Jerez, Ciudad Nupcial’ o, según ha ido avanzando este artículo, con la irrupción del Sur como concepto, ‘Jerez, Sur Nupcial’, que también vale…
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