De Jerez, hasta el pleno

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador y colaborador habitual de lavozdelsur.es. Últimamente he publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

Una imagen reciente de 'Supervivientes'.
Una imagen reciente de 'Supervivientes'.

En el registro del Ayuntamiento de Jerez ya estaban acostumbrados. Desde hacía varios años llevaban recibiendo peticiones que se calificaban coloquialmente como “extrañas”. Al principio, el personal que las recibía se las notificaba fielmente a los políticos, pero llegó un momento en que dejo de hacerlo, dando por hecho que se trataba de bromas, bromas que, probablemente, partían del partido de la oposición, aunque es cierto que desde que se recibían esas notificaciones se había producido un cambio que había arrojado al partido del gobierno a la oposición y, en consecuencia, había aupado al partido de la oposición al gobierno, así que cualquier sabía... “Cosas de los políticos”, comentaban entre sí los funcionarios adscritos a dicho negociado, que destruían sin más los correos electrónicos sospechosos de ser una coña marinera y partían en ocho cualquier petición que entrara por el formato clásico de la carta. 

¿Pero cuál fue ese momento en que los funcionarios adscritos a este negociado decidieron tomar la iniciativa y dejar de elevar dichas peticiones a los políticos? Fue cuando se recibió una petición aparentemente de los Navy Seal para que un pelotón de tan cualificada unidad de élite recibiera instrucción de resistencia en el Ayuntamiento de Jerez. La Navy americana, eso sí, consciente de las limitaciones del idioma, se comprometía a que todo el pelotón fuera de origen hispano, aunque dejaba en el aire la procedencia del sargento, nombramiento que al parecer va por otro conducto reglamentario. Para completar la formación de resistencia en interrogatorios y lo que se da en llamar tortura hablada de baja intensidad, la Navy pretendía que sus muchachos, duros entre los duros, asistieran a un pleno del Ayuntamiento de Jerez. De principio a fin. Siete, ocho… diez horas, las que fueran. Una especie de máster. Esta sección, Marca Acme, corriendo un inusitado riesgo incluso en lo que se refiere a su pervivencia física, se hizo eco en su día de esta propuesta, que fue desestimada de facto –ya decimos- por los propios funcionarios por mor de evitar un trabajo inútil a los próceres que rigen los destinos de Jerez. Vamos, que no se creyeron ni papa, aunque ahí quedó la duda...

Así siguieron las cosas durante varios años, sin grandes novedades. Plenos de seis, siete horas, alguna nueva notificación “extraña” de vez en cuando… el Ayuntamiento de Jerez seguía a lo suyo, hasta que el pasado jueves un nuevo pleno municipal llamó la atención de buena parte de las fuerzas que rigen los destinos del mundo. Las nueve horas largas de pleno no pasaron inadvertidas, qué va… 

Ante la recepción al día siguiente de diez propuestas para conocer de primera mano los entresijos de los plenos del Ayuntamiento de Jerez, así, de golpe, los funcionarios del negociado de registro, relativamente asustados, decidieron volver a poner en conocimiento de los próceres que rigen los destinos de la ciudad tal despliegue. Eso sí, solo prestaron realmente atención a tres propuestas, que fueron las que pasaron la criba hacia arriba: las de la Confederación Estatal de Administradores de Fincas, el Mossad y Supervivientes (Telecinco), el resto corrieron la suerte habitual: papelera digital o papelera en forma de cesta. 

Los Administradores de Fincas explican en su escrito que están buscando técnicas de supervivencia para sus asociados en la sección de Ruegos y Preguntas con las que concluye el orden del día de todas las reuniones de comunidades de vecinos, ya que estiman que este momento, siempre tirando a coñazo, va a ser directamente imposible una vez que concluyan las restricciones de la pandemia y haya que abordar temas que, en algunos casos, llevan dos años madurando –en el sentido negativo- entre los vecinos. Por eso, la Confederación, además de enviar una serie de emisarios para que conozcan de primera mano el fenómeno de Jerez, pretende que un equipo de psicólogos evalúe la posible existencia de daños irreversibles entre los concejales tras tantas horas de pleno… o no, al contrario, comprobar sobre el terreno cómo, una vez más, el ser humano se adapta al medio, lo que viene siendo “lo que le echen”.

El Mossad, por su parte, al parecer ha planteado al Ayuntamiento la posibilidad de que dos o tres de sus concejales se puedan convertir incluso en instructores de sus agentes, en lo que aparenta ser un curso de guerra sucia pero estrictamente verbal. Bueno, eso es lo que parece decir la nota, ya que los servicios secretos israelíes, consciente de que en España nadie habla ni jota de inglés –sobra decir que el documento/vídeo de la alcaldesa hablando spanglish (o así) en el Gran Premio de Motociclismo estaba en su poder treinta segundos después de producirse las declaraciones, aunque algunas fuentes dicen que ya lo tenían incluso antes de que se realizaran… el Mossad es así de efectivo- decidieron enviar su nota en ladino, que se entiende pero no del todo, así que tampoco estaba muy claro qué papel reservaban expresamente para los concejales-instructores, si el programa que debían impartir se ceñía a técnicas de talk-talk –en castizo infantil “habla chucho, que no te escucho”- para fomentar la resistencia de sus agentes ante un hipotético interrogatorio del enemigo o si dicha propuesta incluía reptar campos de minas en algún lugar olvidado de la mano de dios (sea el que sea: el dios, queremos decir) y todo eso a 50 grados de temperatura, que huelga decir que como que no…

Tras desecharse la participación activa –que oye, que luego cada uno hace en su tiempo libre lo que quiere- del Ayuntamiento en la plúmbea propuesta de los Administradores de Fincas y en la indefinida, pero ladina, petición del Mossad, los concejales decidieron mantener un nuevo pleno para ver qué hacer con Supervivientes, que precisamente quería conocer técnicas sobre cómo se sobrevive horas y horas en estos plenos municipales. El problema se produjo cuando un concejal tirando a rijoso y una concejala un tanto casquivana se mostraron dispuestos a ir del tirón al programa de Telecinco con los ojos cerrados, imaginándose ya rodeados de apolínea y venusiana chavalería debidamente musculada e incluso tatuada, mientras que los funcionarios del negociado de registro, siempre documentados, intentaban en vano explicarles que se estaban equivocando de isla y que eso de Supervivientes poco o nada, más allá de los cocoteros, tiene que ver con La Isla de las Tentaciones

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