Hace ya unas cuantas semanas –desde que el transporte urbano es gratuito– se viene observando en Jerez un extraño fenómeno una vez que los viajeros han accedido al autobús: al parecer, muchos de ellos sienten unas ganas irrefrenables de lanzar al suelo el billete que el conductor les hace entrega a la entrada. Ya saben que no es exactamente el billete de viaje, porque desde que la ciudad se quedó casi sin flota tras la retirada de los autobuses turcos, el Ayuntamiento decidió hace cosa de tres o cuatro meses que el servicio sea gratuito hasta subsanar las deficiencias.
Por supuesto, un equipo multidisciplinar ya está estudiando este caso, bautizado como el de 'los billetes arrojadizos', porque no hay constancia de que estos hechos se produjeran con anterioridad, cuando el viajero apoquinaba el módico precio –todo hay que decirlo– de 1,10 euros por el billete sencillo y entendía, como suele poner en estos billetes, que debía conservarlo "hasta el final del trayecto". Por entonces no se veían por el suelo del autobús billetes por el suelo –en algunos casos, decenas–, lo que tampoco dice mucho de la calidad del servicio que se presta en otro ámbito, como es el de la higiene, todo hay que decirlo.
¿Y por qué había que conservarlo "hasta el final del trayecto"?, puede que se esté preguntando algún joven despistado que no ha sido instruido al efecto. Pues en primer lugar por si te lo solicitaba un inspector, que suele ser algo raro, pero pasar, puede pasar: a este cronista le ocurrió en una ocasión en Madrid; en segundo lugar, obvio, por si la adquisición del billete incluye la posibilidad de realizar algún transbordo y, por último, y más importante, porque el billete incluye el seguro obligatorio de viajeros (SOV), indispensable por si ocurre cualquier incidencia en el bus (o en el medio de transporte que sea).
Incluso, con la entrega del billete aun siendo gratuito, cuando llegue el momento, Comujesa tendrá al día la contabilidad de los viajeros línea por línea durante este período, lo que siempre resultará interesante para establecer algún tipo de contraste con el habitual período de pago...
El Ayuntamiento de Jerez ya ha recibido algunos de los nuevos autobuses que ha adquirido mediante 'renting', por lo que el servicio normal –y, en consecuencia, de pago– será restituido en las próximas semanas.
Mientras, es posible que ese equipo multidisciplinar haya llegado a conclusiones que explique ese extraño fenómeno arrojadizo que sustenta este artículo. Por ahora han trascendido las distintas líneas de trabajo que están siguiendo los investigadores. De una parte está el habitual desdoro que supone lo gratuito, ya saben, lo que no cuesta, no vale, una derivada que se completa con el ingente papel que sigue llevando mucha gente en plena era digital: números de sorteos, citas del SAS... incluso ¡dinero martín martín!
En cualquier caso, modo 'navaja de Ockham', la explicación más sencilla suele ser la verdadera... y la explicación más sencilla es que el número de billetes por el suelo se ha incrementado considerablemente por el simple hecho de que la gran mayoría de los usuarios del transporte público de Jerez viaja en tiempos normales con tarjeta, es decir, el servicio apenas generaba papel. Sobre todo la gente mayor, que es la gran usuaria de este servicio, va con su tarjeta, igual que los jóvenes estudiantes. Puedes ir en el autobús y tardar varias paradas sin dejar de oír el ruido del ok del lector. Claro, los viajeros que pagan el 1,10 euros y, en definitiva, compran el billete, suelen ser circunstanciales.
En definitiva, ahora todo el mundo lleva papel, antes, a lo mejor estamos hablando de que lo llevaba un 10% de los viajeros, es un número muy significativo. En cualquier caso, esto no acaba de responder a la necesidad 'arrojadiza' que se ha creado...
Claro que el estudio, comentan, también tuvo una parte esotérica que, tras la correspondiente presentación y defensa, fue taxativamente desechada. Al parecer uno de los expertos contratados por el Ayuntamiento trató de establecer, aparentemente sin éxito, algún tipo de relación entre 'los billetes arrojadizos' y la procedencia de los 'nuevos' autobuses verdes: los de Vigo, Galicia. Tierra de magia, brumosa, fin del mundo conocido durante siglos... la teoría esotérica era que los autobuses verdes estarían desarrollando algún tipo de morriña y que el asunto de los papeles al suelo era un síntoma. El experto ya ha pasado por el psiquiatra, que le ha diagnosticado un cuadro agudo de estrés y recomienda que...
