Esoterismo en la semana de motos de Jerez

Nubes de mosquitos, chirridos nocturnos inquietantes, nombramientos insólitos… algo extraño ocurre en la ciudad

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador y colaborador habitual de lavozdelsur.es. Últimamente he publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

Miles de mosquitos muertos en un charco en el centro de Jerez el pasado lunes.
Miles de mosquitos muertos en un charco en el centro de Jerez el pasado lunes. MANU GARCÍA

El lunes fue la inmensa nube de mosquitos que recorrió parte del centro de Jerez de la Fra por la tarde. Millones –literalmente- de pequeños insectos subieron por la cuesta de la calle Aire (a ver, los mosquitos… es lo que tiene, tampoco tienen que ir exactamente por una calle, si se les hace estrecha, con subir el vuelo unos metros, pues como que ya) y entraron triunfalmente en la Alameda Vieja. “No me digas que esto no es el fin del mundo, ¡lo que nos faltaba por ver!”, decía a gritos una joven a la amiga que la acompañaba mientras las dos se cubrían la cara como podían. La chavala seguro que recordaba lo vivido con la pandemia, luego la tangencial (por el momento) guerra de Ucrania, la inflación y ahora… ahora esto. No eran exactamente langostas, que se ve que estaban por ahí cumpliendo otro servicio bíblico de más calado, pero molestar… un auténtico agobio, vaya.

El caso es que la muy noble y muy leal ciudad de Jerez de la Fra ruega hace unos días por la llegada de las lluvias ¿y qué recibe? Millones de mosquitos. Así están las cosas, queridas y queridos conciudadanos. El caso es que la nube de mosquitos trajo el regreso de las mascarillas. Con una mascarilla normal –no hacía falta que fuese una FFP2-, unas buenas gafas de sol, gorra de raperillo y manga larga podía hacerse frente a la nube sin morir en el intento. Este cronista vio gente de esa guisa, cumpliendo al menos tres de los cuatro supuestos, aunque él, siempre confiado, no cumplía ninguno, por lo que estuvo toda la tarde con picores, más psicológicos que de aguijón, todo hay que decirlo. De hecho, tras una revisión frente al espejo, se encontró con un par de estos pequeños dípteros viviendo amorosamente en su ojo derecho, mientras que otro solitario había encontrado una solución habitacional en el izquierdo…

El caso es que la gente que a esa hora andaba por el centro sobrellevó la plaga como pudo y, de hecho, se formaron interesantes amistades, digamos, transversales. Este mismo cronista estableció una momentánea pero bonita amistad con una octogenaria que le soltó al cruzarse por la calle un complejo “¿y ahora qué nos queda?”, que no supo interpretar –el cronista- si se refería a su preocupación sobre lo que significa la nube de mosquitos o si, por cualquier motivo, la señora estaba recordando un bolero de Los Panchos así tipo ‘La Barca’ o ‘El Reloj’. También dos chavalas de porte germánico disfrutaban alegremente de la plaga como si fuera una completa inmersión en eso que se da en llamar el Sur, confundiendo lo excepcional con lo habitual, que total, ya qué más da…

El martes por la noche, otra. En el centro se oía una extraña melodía tirando a crujido. Era como una escala de un chelo a punto de desafinar. Imposible descifrar si era la tele de un vecino a todo trapo viendo una peli tipo ‘Eyes Wide Shut’ o si era eso que llaman el crujido de la Tierra o algo así, que el cronista vio una vez un programa en Cuarto Milenio que citaba dos ciudades próximas a Jerez de la Fra, como Cádiz y Sevilla, en las que se escucha esta especie de lamento de la naturaleza o de quien sea. Claro, que lo mismo podía ser el grito de una ballena atorada al remontar el Guadalete, vayan a saber. Y así se va a quedar por ahora este tema porque apenas me hablo con el vecino sospechoso.

Para el miércoles no hubo gran cosa, aunque en la compra conocí a un tipo realmente grande y un pelín estrafalario al que a punto estuve de preguntarle si era Abadón, ya saben, el Ángel Exterminador, de visita por Jerez de la Fra y albergado en algún apartamento turístico, caso de que cupiera dado su tamaño, pero como era en los alrededores de Simago, vórtice en el que se suele ver de todo, pensé que igual era solo un guiri peculiar que había venido para el Gran Premio.

Bueno… pero eso fue hasta que se dio a conocer que tres de las candidaturas de partidos y coaliciones a las elecciones municipales de Cádiz-Cádiz están encabezas por jerezanos, jerezanos de Jerez de la Fra más concretamente, nada de jerezanos de los Caballeros. ¿Una nueva señal? Qué tiempos… 

Y este MARCA ACME acaba aquí, amigas y amigos, más por motivos técnicos que por otra cosa. Ya habrá tiempo de hacer un balance del fin de semana de Motos, ‘lo de Márquez’ en Cristina, el festival de la plaza del Arenal y lo de los Food Trucks en la Alameda Vieja, tachán tachán, todo a la vez, que, de cualquier manera, no podría hacerse en condiciones en un remitido el sábado por la mañana. Ya les digo, alguien parecido a Abadón, si supiéramos cómo era Abadón y cómo sería en el siglo XXI, eso sí, anda por ahí suelto…

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