Hay varios libros importantes en la historia de la humanidad que comienzan por ‘Elogio…’. Sin entrar a bucear en internet, a este cronista le vienen dos a la cabeza así, a la primera: el ‘Elogio de la Locura’, de Erasmo de Róterdam, y el ‘Elogio de la Ociosidad’, de Bertrand Russell. Viene todo esto a cuento del ‘Elogio de la Acera’ que van a ser estas líneas, pero que bien podría ser ‘Elogio de la Acerita’ o, incluso, ya puestos, ‘Elogio de la’Cerita’, que tiene un punto, así como italiano, que no convendría desestimar.
Viene todo esto a que, a medida que se va extendiendo, cada vez hay más gente en Jerez de la Fra que no acaba de ver claro lo de la ‘plataforma única’ en las calles, medida que, en la práctica, supone la desaparición de las aceras allí donde se instala, y que de volver a gobernar los socialistas se ampliará, tal y como se ha anunciado, a más vías céntricas. De gobernar el PP de García-Pelayo pues veremos, pero seguramente también.
Lo de la ‘plataforma única’ implica, debe implicar, que todo el mundo tiene muy claro cuáles son sus atribuciones, qué se puede hacer, qué no mucho (o sea, que ya… mal) y qué no en absoluto. Coches, motos, bicis, patinetes y peatones tienen que tener muy clara su posición en este ecosistema para que no se den situaciones como, por ejemplo, la del otro día en la puerta del centro de salud, donde personal adscrito se preocupó por el estado de una señora que estaba dentro de un coche que no debería estar allí y que resultó que estaba simplemente esperando a alguien con el aire acondicionado a toda leche y dando una cabezadita. Vaya, de eso que te preocupas por la salud de alguien y resulta que está practicando aparcamiento creativo, modalidad pasiva.
Con todo, lo que hay que salvaguardar son los derechos de los peatones. Las aceras se fueron generalizando en las ciudades a principios de siglo XX como refugio de los peatones frente a los carros, primeros automóviles, trolebuses, etc. Para evitar o al menos reducir atropellos, en definitiva. Se entiende que hay calles estrechas en las que los coches respetan la velocidad establecida y no hay peligro (afirmación que siempre es opinable), pero hay otras como el eje Santa María-Cerrón en que coches, peatones y carril bici-patín conviven mal que bien, no parece que la velocidad a la que van los coches sea la más adecuada, por no hablar de la continua ocupación del espacio que debería ser la acera y que ahora es de continuo uso franco para carga y descarga y esperas, sobre todo esperas.
Así que, cuidado con las plataformas únicas. Plataforma única, desde luego, sonar suena bien, así como a grupo de los 80’s, ‘Plataforma Única’, pop con cierto toque oscuro; o a partidos luchando por la democracia en España, la Platajunta (palabro fruto de la convergencia de la plataforma y la junta del final del franquismo)… o incluso IU y Ganemos, unidos en Jerez en la Confluencia –nombre tautológico- podría haber explorado la posibilidades de ‘Plataforma Única’ y haber dejado la Confluencia para alguna escisión 2.0 de Mocedades, a la que, ya puestos, podrían haber reclamado el Consorcio para uso político…
Como siempre en MARCA ACME terminamos divagando. Aquí hemos venido a decir que la aceras o ‘la’cerita’ están ahí por la sencilla razón de que se fueron poniendo porque sirven para algo y no siempre está justificado que ese “para algo” haya desaparecido de las calles haciendo que su existencia sea superflua. Bien está la denominada plataforma única en las calles sin tráfico o acceso solo a aparcamientos de residentes, pero no más allá… y siempre teniendo claro que su implantación también trae consigo inconvenientes que no siempre se ponderan por la autoridad, más preocupada del efecto positivo que causa en el mundo actual palabras como ‘peatonalización’, no siempre asimilable, al menos no al 100% a ejemplos de plataforma única existentes en Jerez de la Fra.
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