Dar, topar y ceder

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador y colaborador habitual de lavozdelsur.es. Últimamente he publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

Una imagen del antiguo museo taurino, que ha sido cedido gratuitamente por el Ayuntamiento de Jerez al Obispado.
Una imagen del antiguo museo taurino, que ha sido cedido gratuitamente por el Ayuntamiento de Jerez al Obispado. CANDELA NÚÑEZ

“Con la iglesia hemos dado, Sancho”, le dice Don Quijote a su fiel escudero, que topar, lo que se dice topar, no topan con nadie, ni siquiera con los precios, ‘verbito’ anti inflacionista de nuevo cuño al que tan aficionados son los políticos españoles y sus seguidores periodistas, siempre dados a florear sus intervenciones en las ¿tertulias? políticas que tanto espacio llenan en la tele…

Vale, pongamos un poco de orden, que vamos por el segundo párrafo y ya nos estamos dispersando, hecho que habitualmente en esta sección se suele dejar para el tercero o el cuarto. Hemos comenzado el ACME de hoy con la famosa cita de ‘El Quijote’ –con la real, no con la apócrifa, que la de “con la Iglesia hemos topado”, a base de repetirla, se ha convertido en una frase hecha- y viene al caso por las decisiones adoptadas en el último pleno del Ayuntamiento de Jerez de la Fra en las que se cede al Obispado de la susodicha ciudad el uso de dos infraestructuras propiedad del Consistorio (el antiguo museo taurino y una parte de los Claustros de Santo Domingo) para albergar una exposición de arte sacro gestionada por la Unión de Hermandades y a lo que disponga la hermandad del Rocío, respectivamente. Y se ha liado. Bueno, no mucho, pero un poco sí. Allí donde unos ven normalidad –los tres grupos que votaron a favor, PSOE, PP y Ciudadanos- en dicha cesión, la misma con la que se ceden locales de titularidad municipal a distintas instituciones y asociaciones siempre que cumplan determinados requisitos de funcionalidad y mantenimiento, a la izquierda del PSOE se ha querido ver la existencia de intereses electoralistas en esta decisión, tanto por la naturaleza de las cesiones como por el momento elegido, siempre teniendo en cuenta que estamos a tres meses de las elecciones municipales. 

Lógicamente, esas acusaciones de electoralismo no se refieren tanto a la Iglesia en sí como a las decenas de miles de cofrades (y/o rocieros) que hay en Jerez de la Fra. Se supone que una decisión de este tipo puede ser de su agrado y decantar su voto cuando pongan las urnas a finales de mayo… sobre todo en lo que se refiere al PSOE, que al PP, una mayor afinidad eclesiástica, como el valor a los soldados que nunca han tenido oportunidad de probarlo, se le supone.

Si me piden una opinión personal, les diría que por aquí –como ocurre, por otra parte, en tantas y tantas cosas que vemos en la actualidad política nacional- hace ya tiempo, mucho tiempo, que pasó el tren. O dejó de correr el agua. O se demostró que la piscina estaba vacía, como ustedes quieran. En este caso, en concreto hace ni más ni menos que veinte años. ¿En qué se tradujo, cuando se acudió a las urnas, el empeño de Pedro Pacheco de ganar este supuesto voto con su campaña de obras de reforma en las casas de hermandad, llenar de cristos y vírgenes la rotulación de calles del centro e incluso plantar en la alameda de Cristina ese espantajo, con perdón, que es el monumento a las cofradías? Absolutamente en nada. Esfuerzo baldío.

Repare la sagaz lectora, el astuto lector, que en el párrafo anterior se ha escrito “ganar este supuesto voto” y no que dichas actuaciones iban encaminadas “supuestamente a ganar ese voto” o una redacción similar. Y se ha escrito así por dos motivos, en primer lugar, porque en su día no hubo ningún género de dudas de que dicha vocación por ese ‘el Dorado’ de votos fue una acción directa y no admitía ya por entonces ningún tibio “supuestamente” y, en segundo lugar y, sin duda, más interesante, porque quedó claro que ese “supuesto voto” no pasó de ahí, de “supuesto”, ya que la fuerza de las urnas vino a demostrar sencillamente que no existía, que no hay como tal un voto cofrade. Se puede entender que, siendo, en general, gente próxima la Iglesia y guardiana de ancestrales tradiciones, el voto de los cofrades puede ser más bien conservador, pero me da que las excepciones son tantas que al momento echarían por tierra esa simple conjetura que acabo de enunciar. Podría poner decenas de excepciones sobre gente que he tratado a lo largo de treinta años de residencia en Jerez de la Fra, pero creo que con una basta y sobra: conozco a alguien que se declara anarquista y ateo que no solo salía, sino que cargaba en una cofradía, que a partir de ahí ya me dirán…

Después de dejar claro que aquí no hay un flujo unívoco de corriente, digamos, cofrade, también es cierto que, en términos electorales, un gesto como éste tácticamente no está mal por parte del PSOE, que hace ya mucho que abrazó públicamente la Semana Santa (y el Rocío) más allá de la religiosidad, con la disculpa del folclore y la expresión popular del pueblo andaluz, por lo que, en consecuencia, aprobar estas cesiones (pienso que) viene a ser un gesto de centralidad de un partido ‘mainstream’, sin más, a no ser que en los próximos meses veamos más y más cosas, que entonces ya volveríamos a hablar, buen Sancho...

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