Pedro estaba revoloteando en ese momento en su despacho de la Moncloa, aparentemente cerrando tres o cuatro acuerdos de gobernabilidad a la vez sin que se le descolocara un pelo (de la cabeza), cuando tocaron a la puerta.
–¿Sí?
–¿Permiso?
–Adelante.
Me gusta ese “permiso”, así, como con un toque italiano, se dijo Pedro, voy a empezar a usarlo en alguna cumbre europea o iberoamericana, ya veré, pensó, en lo que dirigía su mirada a Colaborador 1, como se refería a él en privado, cuando cenaba con Bego, un pequeño halago no exento de cierta ironía. Era muy bueno en lo suyo, pero un pelín cargante, tan enterado, tan grandilocuente… siempre un paso por delante: ese era Colaborador 1.
–Ha llegado una carta de Jerez, señor.
–¿Qué Jerez –dijo Pedro- de los Caballeros o de la Fra?
Me encanta lo de señor, pensó Pedro, mientras recogía algunos papeles. Es tan, tan, tan… tan regio, se dijo.
-De la Fra, señor, de la Fra. Además, que viene así en el sobre, como antiguamente. Lo sé por un tío de mi padre que era de Jerez y trabajaba de escribiente en Palomino &…
-Gracias, gracias, puede retirarse -dijo Pedro, con un gesto displicente de mano que había cogido de una película que vio hace años sobre el Rey Sol.
La carta era de la propia alcaldesa de Jerez de la Fra, María José García-Pelayo, nombre que le sonaba vagamente de la bancada del PP en el Congreso de los Diputados. Mira que ganar el PP en una de mis ciudades fetiche, como era Jerez, pensó, mira que le ocurriera eso a Mamen, que me consta que había gobernado valientemente durante ocho años la ciudad, al principio en contra hasta del partido… es que cómo somos, pensó Pedro, cómo somos los socialistas a veces. Bueno, eso luego da carácter, se reconfortó, pensando en su propia epopeya, antes de centrarse definitivamente en la carta de la señora Pelayo, que empezó a leer por encima, o en diagonal, como se dice ahora. “Estimado señor”… buen principio… “hemos oído hablar en los últimos días de la posible condonación de la deuda de Cataluña”… hummm mal camino… “Jerez de la Fra, con 1.126 millones de deuda, también necesitaría de una medida similar”…
–¡Ejem, ejem, la leche, 1.126 millones de deuda! -dijo en alto el presidente, que por fortuna hacía ya un buen rato que se había despachado la tostada. Abrió el intercomunicador y solicitó la presencia inmediata de Colaborador 1.
–¿Permiso? -se oyó de nuevo tras la puerta tras un leve toque de nudillos.
–Pasa, pasa. Oye… ¿por casualidad sabes cuantos habitantes tiene Jerez?
-Entiendo que Jerez de la Fra…
-Sí, claro. -en realidad Pedro pensaba en ese momento que hubiera sido igual, seguro que también se sabía los de Jerez de los Caballeros-. Pues unos 212.000, números redondos.
–¿Sabes la deuda municipal que tienen?
–Sí, como 1.126 millones, euro arriba, euro abajo.
–¿Y en qué se han gastado todo ese dinero?
–No sé. Yo creo que ellos tampoco lo saben muy bien, pero sí que se lo han gastado. Tienen un circuito…
–Bueno, ya, ¿y?
–Y ya…
–Oye, esta señora, la alcaldesa, Pelayo, ¿va a seguir en el Congreso?
–No, pero ha salido por el Senado…
–Vaya, es una pena -dijo Pedro Sánchez, enarcando una ceja, a punto de comenzar a bromear consigo mismo, con esa seriedad que debe tener toda buena broma-. Porque a lo mejor sí podía haber hecho algo por la deuda de Jerez de la Fra si la alcaldesa hubiese sido diputada. El voto de Coalición Canaria, el del Ayuntamiento de Jerez de la Fra, que además se lo quito a PP y ya va faltando menos para los 175…
–Ay, señor, a ver si cierra esto de los acuerdos pronto y se va de vacaciones a Mojácar, a Lanzarote o a alguna buena cumbre europea...
Comentarios