Aprovechando la proximidad de los Reyes Magos –y del tal Papa Noel- los políticos de Jerez han decidido escribir una carta cargada de peticiones a Europa, a los denominados fondos Next Generation (por cierto, hasta cuando el inglés vehicular –ja, ja- en la Unión Europea… un idioma que ya solo se co-habla en Irlanda). Digo los políticos porque esa carta está llena de iniciativas que han sido planteadas tanto por el gobierno municipal socialista como por los distintos grupos de la oposición, excepto por el PP, que parece que ha hecho megapuente o ha decidido pasar de este tema, directamente.
Cuidado, que la carta no es baladí, que la suma de dichas iniciativas totalizaría inversiones ni más ni menos que por valor de 600 millones de euros (para 70 proyectos hagan la media: en Jerez se tira siempre con bala); vamos, que poco ha faltado para que algún grupo se haya venido arriba y recuperado la Ciudad del Flamenco, el Speed Festival o similar... y a precio actual.
Se trata de iniciativas de muy distinto origen, procedencia y recorrido. Las hay que llevan años en los cajones del Ayuntamiento, pasando de gobierno municipal en gobierno municipal sin que puedan ni plantearse, las hay que aun siendo recogidas de vez en cuando en presupuestos al final vuelven a quedarse fuera… e incluso, las menos, las hay de nuevo cuño (bien es verdad que ha habido poco más de una semana para su planteamiento).
El total de esta cantidad, los 600 millones de euros, nos lleva a una terrible sospecha: ¿se podría considerar que esos 600 millones son algo así como el lucro cesante de lo que separa al actual Jerez quebrado de lo que le faltaría en inversiones a la ciudad, digamos que en el período de los últimos diez o quince años? Parece mucho dinero, la verdad, pero a lo mejor, en ese lapso de tiempo que hemos establecido sí podríamos hablar de la mitad –que la modestia en el Jerez real ya no se negocia, se palpa-, de unos 300 millones de euros que, desde luego, serían/hubieran sido capitales para el desarrollo de la ciudad.
Pero volvamos a lo que hay sobre la mesa. La regidora Mamen Sánchez se ha referido curiosamente a esta compilación como una “biblioteca” de proyectos, un término que no nos parece mal, en absoluto. Por seguir el juego, el Ayuntamiento bien podría darle un título literario a cada uno de sus proyectos antes de detallar en qué consiste cada actuación. Vamos a poner algunos ejemplos. Para la creación de un sendero en el entorno del río Guadalete –uno de los proyectos más señalados- se me ocurren dos opciones, una irónica, Veinte años después (Alejandro Dumas padre, en la continuación de los “Tres Mosqueteros”), y otra de carácter más técnico, como sería “Al otro lado del río y entre los árboles”, de Hemingway. La adaptación a nuevos usos de la antigua comisaría del Arroyo (palacio de los Condes de Puerto Hermoso) también admite el irónico –La caída de la casa Usher, de Poe- y otro más del tipo como deberían hacerse las cosas, caso de Una casa para siempre, de Vila-Matas. Para la eliminación de barreras arquitectónicas en el Teatro Villamarta proponemos El autor, el autor, de David Lodge y, por supuesto, El gran teatro del mundo, de Calderón; la construcción de más carriles-bici también tiene doble opción, En el Camino, de Kerouac o El Camino de Delibes, libros de nombre parecido e incluso misma época pero contenido muy distinto, desde luego, el que va de los beatnik de EE.UU a la Castilla rural… o incluso Las bicicletas son para el verano, la obra de teatro de Fernán Gómez luego famosa peli… Sin ánimo de resultar cansinos nos despedimos con la propuesta de conclusión de las obras de lo que queda del PTA (así seguimos), para lo que estamos de acuerdo en proponer temática de la llamada Generación Perdida de los EE.UU: qué mejor que Santuario, de Faulkner, o Las uvas de la ira, de Steinbeck…
Por nosotros, es suficiente. Si a ustedes les apetece se pueden quedar jugando todo el día y buscar nuevos nombres literarios, tanto entre los cinco proyectos que les hemos ofrecidos como en otros volúmenes de esta biblioteca, propuestas que pueden encontrar en lavozdelsur.es y otros medios, ya que cada cual ha destacado lo que le ha parecido conveniente de esas 70 iniciativas. Incluso, él o la que quiera puede hasta jugar con canciones en vez de con los libros de la biblioteca sugerida por Mamen… En realidad este cronista propone una enmienda a la totalidad con una estupenda canción de The Who, uno de sus grupos favoritos, Won’t get fooled again (todos la conocen, la del CSI Miami), que viene a ser algo así como “No nos engañaréis de nuevo”…
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