El gobierno municipal de Jerez de la Fra ha metido la directa con el tema del museo (centro de interpretación) de Lola Flores. Quedan cuatro meses para las elecciones y, evidentemente, a los socialistas les va a venir bien inaugurar antes de dicha cita este viejo proyecto. El acuerdo con las hermanas Flores ha sido muy bien valorado por la propia alcaldesa, Mamen Sánchez, aunque poco o nada se ha sabido por ahora de la letra pequeña del mismo, que haberla, no les quepa duda, la habrá. La actualidad gira sobre la provisión de fondos de la irrepetible artista que tiene debidamente inventariados la familia, indispensables para que el centro de interpretación tenga todo el interés.
Verán, cuando hace cosa de veinte o veinticinco años los llamados centros de interpretación fueron desplazando a los museos, se produjo también de forma paralela un cambio en el concepto del objeto final que justificaba el nacimiento de este tipo de centros. Me explico. Si en el museo tradicional, la calidad y la variedad de la exposición es la que justifica su propia existencia, en el centro de interpretación entran en juego otros factores, habitualmente relacionados con lo audiovisual y las nuevas tecnologías, muchas veces en detrimento de lo que realmente se puede ver (y casi tocar, eso sí, con perdón) en un museo. No quiero decir que los centros de interpretación (algunos) no puedan ser entretenidos, desde luego, lo que quiero decir es que, al final, mucha gente, entre la que se encuentra este cronista –y nos centramos ya en Lola Flores-, lo que quiere ver, por ejemplo, es una bata de cola que pudiera haber sido utilizada en la famosa actuación del Madison Square Garden de NYC, un vinilo de época de ‘La Zarzamora’ o incluso el mandil con el que baila ‘Que me coma el tigre’ junto a su familia en la famosa escena del aeropuerto, ese tipo de cosas, vaya, que además, lo de los efectos especiales empieza a estar un poco sobao y visto uno, vistos, todos…
Se da por descontado que el acuerdo del Ayuntamiento de Jerez de la Fra con las hijas de la Faraona garantiza que, aunque haya piezas que roten o incluso puedan salir para otras exposiciones, siempre habrá un contenido tangible que sea de relieve en el centro de interpretación.
El Ayuntamiento quiere que 2023, aprovechando el centenario del nacimiento de la artista, sea el año del reencuentro definitivo de Lola con la ciudad que la vio nacer. Para ello se están programando distintas actividades –hoy mismo, sábado 21 de enero, se va a celebrar propiamente la fecha de su centenario- y se han dispuesto, por ejemplo, distintas rutas por el centro de la ciudad que llevan su nombre, convirtiendo a un icono pop de la fuerza de Lola en un nuevo reclamo turístico para Jerez y saldando de paso lo que podríamos considerar como deuda histórica con la artista, su obra y su memoria, basta con recordar cuanto tiempo ha transcurrido desde que falleció…
Pero bueno, ya saben, ya hemos escrito de ello en estas mismas líneas, que parece que esos son los tiempos que se manejan en la provincia de Cádiz con sus grandes artistas. ¿Cuánto hace que falleció Camarón? ¿Y Rocío Jurado? No hace falta que les recuerde que los museos (o centro de interpretación o lo que sean) de estos otros dos grandes, como el que dice, acaban de abrir sus puertas en San Fernando y Chipiona, respectivamente. Como en las pelis de tribunales, lo suyo sería decir “señoría, no hay más preguntas”, pero también es cierto que en España se da siempre por supuesto que este tipo de iniciativas deben corresponder a la Administración local o a la autonómica, algo que, pues lo mismo, es discutible…
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