Ahorro energético a la jerezana

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador y colaborador habitual de lavozdelsur.es. Últimamente he publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

Un ventilador, en un colegio de Jerez. FOTO: MANU GARCÍA.
Un ventilador, en un colegio de Jerez. FOTO: MANU GARCÍA.

La misiva del Gobierno recordando a todas las Administraciones Públicas que tienen que trazar un plan para ahorrar energía el próximo invierno ante la posibilidad de que Rusia cierre el grifo del gas terminó por llegar a la calle Consistorio. Vamos, que lo que se pide al Ayuntamiento de Jerez, como a los otros 8.130 municipios que hay en España, es que hay que bajar la calefacción o tocar solo de refilón la bomba de calor del aire acondicionado, a elegir.

Como es bien sabido por todos que “en Jerez no hace frío” o que “con subirte la cremallera de la cazadora un par de semanas al año ya vale”, luego pasan estas cosas y no sabes qué hacer, entendiendo por no saber qué hacer qué responder al Gobierno. 

Empezó la carta de respuesta la propia alcaldesa, pero en materia de calefacción se le agolpaban los circunloquios, rodeos… vaya, que no arrancaba. Total, que decidió pasárselo a Rubén, a ver qué tal. Pero tampoco. “Verán, no sé cómo explicarles nuestra situación, una situación muy particular y concreta en lo que respecta a la calefacción, no en todas, eh, pero sí en muchas dependencias municipales”, “lo que estoy tratando de decirles es que nuestra situación es, digamos, estructural y mantenida en el tiempo, nada tiene que ver con la coyuntura actual creada por la guerra de Ucrania u otros conflictos anteriores”… eran frases con sentido, pero de alguna manera inconexas, sin entrar en el meollo de la cuestión y mucho menos hilar lo que al fin y al cabo se requiere desde el Gobierno: un plan de medidas concretas. La verdad es que leído desde Jerez se entendía bastante bien lo que quería decir Rubén, pero en Madrid… qué va. No. Y menos en Burgos o en Salamanca, sitios aún más fríos (pero en los que hace más de ochenta años que no reside ningún gobierno). 

En definitiva, tras una mañana que si sí, que si no, Rubén convocó al final a Paco, a ver si el titular de Cultura daba con la tecla y, aunque fuera con algún retruécano y bastantes eufemismos, conseguía una redacción coherente que pudiera, primero, ser plenamente comprendida y, segundo, lograr el placet del Gobierno. Paco cogió buena parte de lo que ya había escrito Rubén y le pareció material altamente aprovechable. Y es que Paco tenía un plan. Volvió a reescribir todo lo referente a la situación estructural del Ayuntamiento de Jerez en materia de calefacción y, evitando por el momento hacer referencia alguna a la guerra de Ucrania, le dio un giro argumental relacionando las generalizadas carencias de las instalaciones municipales en cuanto a calefacción –hay que decirlo ya- con el cambio climático. “Desde la Transición, las distintas corporaciones municipales ya vinieron manifestando el compromiso, en la medida de sus posibilidades, de la quinta ciudad andaluza con todo lo relacionado con el cambio climático. Compromiso que, lejos de sufrir en nuestras carnes, todos los jerezanos -los empleados municipales y la propia ciudadanía cuando tiene que hacer cualquier gestión en nuestras dependencias- lo perciben, ya digo, no como un mal, sino como una manera de ser, ‘una joie de vivre’ (alegría de vivir, para los menos afrancesados) intrínseca al pueblo andaluz y al jerezano en particular.

Para nosotros, el sol, si sale, siempre calienta, diría a modo de colofón”. Esta era la parte mollar del texto de Paco, más discurso que epístola, como se puede ver. Con una pequeña pillería, Paco pasó del mítico “pa dos días que hace frío en Jerez…” y de cómo secularmente su Ayuntamiento ha adoptado tal sentir popular (ahorrándose de paso unos cuantos euros en calefacción, todo hay que decirlo) a colocar a Jerez y su curia a la vanguardia mundial contra el cambio climático, un Ayuntamiento que desde ahora lleva combatiendo este grave problema décadas antes de que a Al Gore, aburrido tras perder las elecciones presidenciales de Estados Unidos, se le ocurriera hacer bandera del mismo y, de paso, ganar el Nobel de la Paz…

La carta de Paco gustó al resto de ediles socialistas reunidos en alcaldía –a Kika, que pasaba por allí y pudo echarle un vistazo, no tanto- y se aprestaban ya a buscar un sello en los cajones para enviarla a Madrid cuando llegó sudoroso José Antonio, que venía de supervisar sobre el terreno un alquitranado que había surgido a última hora, y tras leer la carta dijo “¿y por qué no decimos la verdad?”. “¿Y cuál es la verdad, José Antonio?”, se oyó al unísono, así, en un tono casi de coro operístico, por parte de sus compañeros. “La verdad es que en el Ayuntamiento de Jerez en invierno lo que hace es un frío de cojones. Esa es la verdad. El salón de plenos, por ejemplo. El salón de plenos en enero o febrero es una puta cámara frigorífica, joder, que es que te mueres del frío que hace, que el día menos pensado vas y coges una pulmonía. Qué me estáis contando, qué ahorro de gas ni qué hostias…”, concluyó José Antonio, que a veces no hay como hablar claro…

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