¿Pues no va y me dice que su partido tiene sus líneas rojas? Claro que tiene sus propias líneas rojas, toma y yo, yo también tengo mis propias líneas rojas, y mi partido… todos tenemos líneas rojas. En todas las tertulias, líneas rojas; en el programa de Mamen Mendizábal, líneas rojas… todo el mundo tiene líneas rojas. Yo no voy por ahí demonizando a mis rivales, pero una cosa es negociar para favorecer mayorías de gobierno y otra extender un cheque en blanco.

A ver, yo estoy por la cultura del pacto, desde luego, pero es que en política no todo vale. Ahora vienen con las líneas rojas… ¡pero si ellos ni siquiera llevaban una lista cremallera! ¡Cómo los han puesto en las redes sociales, si es que ardía Twitter!… Es cierto que comienza una etapa ilusionante, que se ha abierto un melón que ha permanecido intocable durante mucho tiempo y que hay que pasar página, desde luego, pero ahí, ahí se quedan sus líneas rojas. Las mías, las nuestras, van mucho más allá. Ya no basta con dinamizar la sociedad, ahora hay que dar visibilidad a  los ciudadanos y ciudadanas, emponderar a todos los colectivos sociales de progreso. Eso es lo que hay que hacer. ¡Esas son mis líneas rojas!

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