Lavarse las manos es cuestión de Estado, así que déjese de tonterías

El coronavirus se puede parar con la responsabilidad de todos. A estas alturas, no vale la conspiranoia. Colabore, hágalo por las personas en riesgo, como ancianos o inmunodeprimidos

09 de marzo de 2020 a las 21:25h
Cuatro recomendaciones del Ministerio de Sanidad frente al coronavirus.
Cuatro recomendaciones del Ministerio de Sanidad frente al coronavirus.

Existen dos maneras de afrontar el coronavirus que no me gustan, y casi diría, me molestan. La primera es la de que esto es el fin del mundo, y no paran de comprar mascarillas sin prescripción ni necesidad de ningún tipo, afectando negativamente a quienes de verdad las necesitan, que son personas que, o bien están infectadas, o bien necesita de ellas para atender a los enfermos, como son los sanitarios.

La segunda postura, que es mayoritaria, es el de la desconfianza. No, no es una gripe porque para la gripe tiene vacunas, tratamientos, etc. No es una gripe porque afecta con dureza a ciertos grupos de riesgo, desde inmunodeprimidos hasta mayores. Y lo hace con más gravedad que otras infecciones, sin que sea letal como los peores virus. El riesgo de consecuencias indeseadas es real, pero sobre todo evitable parcialmente.

Y esta segunda postura se basa a menudo en afirmaciones sacadas de la manga, casi conspiranoicas. Véase: esto lo ha montado Trump porque está en guerra comercial con China; son los medios los que quieren tenernos atontados; son las farmacéuticas para vender antibióticos (cuando esta enfermedad no se cura con antibióticos, porque es un virus)…

La conspiranoia es, por lo general, falsa. ¿Cuáles son las fuentes para decir que hay cura para el cáncer pero no interesa sacarla? ¿Es la tierra plana? ¿Tiró Estados Unidos sus propias Torres Gemelas? Todo esto se basa en una desconfianza enfermiza hacia las administraciones y, sobre todo, hacia profesionales que se suponen conspiran para guardar oscuros secretos de Estado. El hombre pisó la Luna y no hay pruebas que lo desmientan, ninguna. Y el coronavirus no es el ébola, pero tampoco una gripe.

Es peligroso porque hablamos de salud pública. Ocurre exactamente lo mismo con los antivacunas. El hecho de que puedan volver enfermedades erradicadas no solo afecta a quienes desean no vacunarse, sino a poblaciones de riesgo, como personas en tratamiento de cáncer que sufren inmunodepresión.

Por eso, de toda esta crisis, hay una cuestión que las autoridades ya están subrayando. El Ministerio de Sanidad pide que te laves las manos con jabón con frecuencia, que al toser o estornudar te cubras la boca y la nariz con el codo flexionado, que evites tocarte los ojos, la nariz y la boca, y que uses pañuelos desechables que hay que tirar tras su uso.

Además, si hay sospecha de coronavirus, o tienes síntomas respiratorios en general, que evites el contacto cercano con otras personas. Y no acudas a un centro de salud como si tal cosa, porque si vienes de zonas de riesgo, y si has estado en contacto con contactos sospechosos, que llames al 112 antes. Ellos sabrán indicarte.

El coronavirus es responsabilidad de todos, y si se hace bien, podemos pasar por esta crisis sin lamentos. Hazlo por todos, porque este virus no es el fin del mundo, pero tampoco hay que tomárselo a risa. A nuestro país llega cuando ya tenemos la alerta de lo que ha ocurrido en China y en Italia. No seas irresponsable.

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