En el fondo, Trump no va a hacer otra cosa que barrer para los intereses de las clases más pudientes a las que representa, poniendo en marcha la máquina de la especulación financiera

La victoria de Donald Trump en las elecciones a la presidencia de Estados Unidos parecen haber sorprendido a muchos. Ciertamente, tanto por lo que decían las encuestas como el sentido común, se daba casi por segura una victoria de Hillary Clinton. No ha sido así, y, prácticamente, no ha habido analista político que no haya abordado las posibles causas de la victoria de Trump y la derrota de Clinton. Derrota que no es tal, ya que la candidata demócrata ganó en votos populares, pero perdió en votos electorales, en lo que constituye un desastre más de un sistema electoral que nació hace más de 200 años, pensado para el país y las circunstancias de entonces.

Como decía, no ha habido analista que no haya abordado las causas de su victoria, argumentando como la principal de ellas el hastío de cierta clase media con sus políticos tradicionales y la gestión que estos han hecho de la globalización, de la que se consideran más perdedores que ganadores. También, pero en menor medida, se han realizado análisis sobre las consecuencias que puede tener su presidencia para los propios EEUU y el resto del mundo. Se han estudiado cada una de sus propuestas lanzadas durante la larga campaña electoral y las rectificaciones que ya están empezando a llegar. La izquierda le teme, el centro y la derecha más moderada desconfían de él, y la derecha más extrema lo celebra como el advenimiento de una nueva revolución de corte conservador. Finalmente, hay quien lo tacha simple y llanamente de demagogo, es decir, de prometer cosas que sabe que no va a poder cumplir, pero que son las que, al menos, una parte del pueblo quiere oír decir a sus líderes políticos.

Pero volvamos a las maltrechas clases media y trabajadora (mayoritariamente blanca) que ha votado por Trump. ¿De qué manera prevé sacarla de su situación? ¿Finiquitando la globalización? ¿Con un new deal como Roosevelt en los años de la década de 1930? Parece que con un poco de todo. Por una parte, ha planteado un plan de infraestructuras, el cual promovería la creación de empleo, pero, para financiarlo, tendría que endeudar más al erario público, al menos a corto plazo, dado que también ha prometido una bajada de impuestos drástica para empresas y ciudadanos. La bajada de impuestos puede incentivar el consumo, lo cual genera algo de inflación, que puede dispararse si cumple sus promesas de subir los aranceles a los productos chinos y mexicanos, y pone en marcha otros planes contrarios al libre comercio mundial que pueden provocar guerras comerciales como no se veían desde hace más de dos décadas.

Así, podemos encontrarnos en un escenario de fuerte endeudamiento público y alta inflación mezclados con altas dosis de proteccionismo. Las consecuencias económicas para la economía global pueden ser desastrosas. No obstante, lo más inquietante es, siendo grave lo anterior, lo declarado en su primera entrevista concedida a The Wall Street Journal. Una de sus prioridades es la de desregular las instituciones financieras para permitir que los bancos "presten otra vez". Es decir, la derogación o revisión de la ley Dodd-Frank, aprobada por Obama en 2010, como respuesta a la desregulación financiera promovida por Bill Clinton que permitió operar como bancos de inversión a los bancos comerciales, y que, a la postre, provocó la burbuja que dio origen a la crisis financiera y económica de 2008. Vuelta a empezar. Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.

En el fondo, Trump no va a hacer otra cosa que barrer para los intereses de las clases más pudientes a las que representa, poniendo en marcha la máquina de la especulación financiera, como buen neoliberal que es, aunque haya disfrazado su discurso de un falso populismo.

Estas son, en mi modesta opinión, las consecuencias que podrían producirse con las medidas anunciadas por Trump en materia económica. En otros ámbitos, como las relaciones internacionales, la inmigración o la crisis de los refugiados, el panorama es todavía más desolador. Pero eso será material para posteriores artículos.

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído