La 'sherry siesta'

Tras años de crisis e introspección, se puede decir que el vino de Jerez se mueve. Lo cierto es que hoy en el sector hay gente que está todo el día dándole al magín, y lo hace en todos los ámbitos.

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador y colaborador habitual de lavozdelsur.es. Últimamente he publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

vina_la_constancia-3.jpg
vina_la_constancia-3.jpg

Está claro que el Marco de Jerez vive unos momentos de (cierta, eh, tampoco hay que exagerar, que el sector siempre ha sido muy british) efervescencia. Nuevas formas de hacer el vino, en las que se busca que el origen esté más presente que nunca; nuevas propuestas de consumo; nuevas propuestas culinarias, tanto en maridajes como en elaboraciones; apuesta redoblada por el llamado enoturismo más allá de la visita tipo… Tras años de crisis e introspección, se puede decir que el vino de Jerez se mueve. Lo cierto es que hoy en el sector hay gente que está todo el día dándole al magín, y lo hace en todos los ámbitos.

Así lo demuestra la novedosa oferta de Bodegas Viña La Constancia, en los aledaños de la carretera de El Calvario, que en realidad no es sino la revisión de todo un clásico español, sobre todo en los meses de estío: la siesta. Vino (incluso en cóctel) y siesta. Fin y principio. Alfa y omega, como diría en Jerez el gran M.A.V. en sus artículos. Todo consiste, después de conocer las instalaciones, en disfrutar a la hora de la siesta de la temperatura fresquita de la bodega en una zona de andanas especialmente acondicionada con hamacas, luz tenue y música arrulladora para, llegado el caso, dar un cabezadita y el que no, pues desconecte o incluso lea un rato. En definitiva, abusando un poco de anglicismos, un sherry chill out.

Lo que echo en falta (al menos no dice nada al respecto en el reportaje firmado por Jorge Miró en lavozdelsur.es) es la posibilidad de comer en la bodega antes de disfrutar del momento de desconexión en el peor momento de calor del día, que haya que desplazarse ex profeso después de comer para disfrutar de la siesta, cuando una cosa lleva a la otra. Una buena comida regada con buen vino y un sitio fresquito: la antesala de una siesta. Los fumadores de puros —con los que el brandy de Jerez tiene cierto hermanamiento o similar— probablemente tengan algo que añadir en el intermedio, eso ya se lo dejo a los ellos…

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído