La sensación del 'milennial'

Antonia Nogales

Periodista & docente. Enseño en Universidad de Zaragoza. Doctora por la Universidad de Sevilla. Presido Laboratorio de Estudios en Comunicación de la Universidad de Sevilla. Investigo en Grupo de Investigación en Comunicación e Información Digital de la Universidad de Zaragoza.

tve-ot-seleccionar-representante-eurovision_1968713147_8975648_660x371.jpg
tve-ot-seleccionar-representante-eurovision_1968713147_8975648_660x371.jpg

Ahora que parece que acabamos de inventar la televisión —el año en el que precisamente cae 'Gran Hermano' y sube 'OT'—, que acabamos de encontrar a los chicos más nobles, más monos, más profesionales, que mejor se enamoran y que más afinan.

La historia es recurrente. Lo escribió Giambattista Vico a caballo entre el siglo XVII y el XVIII. El filósofo napolitano formuló una teoría en la que defendía que la historia avanza en forma de ciclos que se repiten y no de manera lineal empujada por el progreso. Teniendo en cuenta que, en su concepción, la innovación no es el motor histórico, la evolución implica siempre tanto avances como retrocesos. En eso podemos estar de acuerdo con el bueno de Giamba. Está claro que, como Machado en sus Cantares, todo avanza golpe a golpe y verso a verso: Hace algún tiempo en ese lugar / donde hoy los bosques se visten de espinos / se oyó la voz de un poeta gritar / “Caminante no hay camino, se hace camino al andar...”. El camino se hace de golpes y los versos a veces escasean y otras veces se repiten.

Estos días ha sido el fenómeno de moda el que me ha traído a Vico a la memoria. Me refiero por supuesto a Operación Triunfo y sus triunfitos. Analizando lo que está dando de sí este retorno triunfal del reality blanco, he recordado cuánta razón tenía el napolitano. Una pena que él no llegara a conocer el formato televisivo, lo habría ayudado a reforzar su teoría. Los seres humanos somos expertos en dar por hecho que estamos innovando a cada paso y a cada golpe. Cada momento histórico lo creemos único e irrepetible, y en cierto modo lo es aunque se parezca demasiado a otros tantos. Algo así está pasando con la nueva vieja sensación del milenio o mejor dicho del milennial. Esto ya lo hemos visto, aunque no en un móvil 4G.

En la literatura de Vico es conocida la expresión italiana corsi e ricorsi, tomada directamente de su teoría sobre la evolución histórica. Aquí corsi alude al curso de los sucesos, al paso de algo en el tiempo; ricorsi, por su parte, vendría a significar algo así como vuelta, retorno o recurrencia. En OT se da una curiosa simbiosis catódica de curso y retorno en toda regla. Cuando se recupera en 2017 un formato televisivo que hizo furor en 2001, el duplicado parece evidente. Además, ni siquiera entonces la idea era inédita. 31 años antes, Televisión Española estrenó su célebre Pasaporte a Dublín, un programa con el objetivo de dar a conocer a los candidatos para representar en 1971 a España en el Festival de Eurovisión, que se celebraría ese año en Dublín. De entre los optantes, los espectadores decidirían con sus votos —vía correo postal entonces— al ganador, que en aquella ocasión fue Karina. Para hacer aún más redonda esta teoría, la canción con la que la rubia angelical representó al país a comienzos de los 70 tenía un título muy ilustrativo: En un mundo nuevo. Lo que ya no era nuevo en 1970, mucho menos podría serlo en 2001, ni en 2018.

Ahora que parece que acabamos de inventar la televisión —el año en el que precisamente cae Gran Hermano y sube OT—, que acabamos de encontrar a los chicos más nobles, más monos, más profesionales, que mejor se enamoran y que más afinan, se nos olvida no solo que cualquier tiempo pasado existió sino también que se parece demasiado a otros versos y otros golpes. 

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído