Va a ser difícil de explicar

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Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Desde 2014 soy socio fundador y director de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología; hice la dramaturgia del espectáculo 'Soníos negros', de la Cía. María del Mar Moreno; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero', que organiza la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Accésit del Premio de Periodismo Social Antonio Ortega. Socio de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) y de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

LA ROTONDA. Ganemos Jerez ha adoptado en el pleno una postura difícilmente digerible por una sociedad jerezana vapuleada en todos los sentidos.

Mamen Sánchez fue alcaldesa de Jerez por los pelos. Ni su partido quería —solo una componenda en los tiempos de su amigo Pedro Sánchez como secretario federal del PSOE pudo torcer la mano a Susana Díaz—, ni sus finalmente socios de investidura se creían a su partido como alternativa a cuatro años aciagos de PP. Así lo manifestaron. Ella mismo admitió que gobernar con siete concejales (que luego fueron 6) era un fraude para la ciudad. Luego, justificó aquella frase (como otras que en año y medio ya le persiguen) en las tortuosas negociaciones a pecho descubierto con Ganemos Jerez. La agrupación de electores tenía la sartén por el mango y, pese a las reticencias, finalmente junto a IU la aupó a la Alcaldía.

El tiempo ha demostrado que aquel acuerdo de mínimos para la investidura que reclamaba una amplia mayoría social de la ciudad fue una mala idea. El PSOE tenía claro que cualquier cosa que no pasara por un gobierno tripartito estaba condenada al fracaso. Mamen Sánchez, con la presión de muchos de sus votantes (muchos de ellos afectados por el ERE municipal) y de quienes ansiaban el cambio, no pudo más que aferrarse al bastón. Por cierto, su penúltima salida política (nunca se puede decir la última) tras más de una década pisando la mullida moqueta del Congreso como diputada por la provincia. Ahora, casi 18 meses después de aquello, la confluencia de Podemos en la ciudad no solo ha dinamitado las relaciones —con lo que venía amagando desde el verano pasado—, sino que directamente ha dejado a Mamen Sánchez a los pies de los caballos.

El tiempo ha demostrado que aquel acuerdo de mínimos para la investidura que reclamaba una amplia mayoría social de la ciudad fue una mala idea

A la vista de que la comunidad de vecinos —es la metáfora que ha utilizado Santiago Sánchez, líder de Ganemos, en el pleno— no tiene a un presidente de fiar —a sus incumplimientos y cambios de opinión se remite—, hay que relevarlo. No hay otra vía. El gran conflicto surge cuando con esta decisión lícita (y hasta razonable) se arrastra a toda la comunidad. La negativa de la agrupación de electores a respaldar —aunque hubiese sido absteniéndose— el Presupuesto municipal de 2016, en sorprendente consonancia con el PP —aunque por otros motivos, claro—, lejos de propinar el KO a Mamen Sánchez deja a la ciudad al borde del abismo. Y eso es tan comprometido como difícilmente justificable ante la opinión pública.

La amenaza de la intervención real del Ayuntamiento por técnicos de Hacienda —con sus correspondientes tijeretazos a los servicios públicos—, la paralización total de la otrora eficiente maquinaria administrativa municipal, y la desaparición de instituciones culturales y sociales de vital importancia —como Villamarta y Emuvijesa— son nubarrones muy negros que habrían requerido de una postura con mayor perspectiva y flexibilidad. Probablemente haya mucho de discurso del miedo en los anuncios apocalípticos vertidos por gobierno local y la Intervención en las últimas semanas. Quizás haya quien achaque este violento giro en los acontecimientos a la pasividad del ejecutivo socialista, a cierta inoperancia en muchas cuestiones, e incluso a cierta soberbia pese a ser tan precario. Llevan razón. Jerez está muy lejos de tener un gobierno imaginativo, determinado, resolutivo y que escucha y negocia con el resto de formaciones políticas. Tampoco lo cree el PSOE. De hecho, lo que dijo el número tres de Susana Díaz hace un par de viernes en la ciudad, en relación al grado de satisfacción y orgullo del PSOE andaluz con la alcaldesa de Jerez, era sencillamente un gesto de cara a la galería lleno de mentira y cinismo político.

Va a necesitar mucha pedagogía y liderazgo la agrupación de electores para argumentar una decisión que sumerge al municipio

Pero eso no quita para que Ganemos haya adoptado este jueves en el pleno una postura difícilmente digerible por una sociedad jerezana vapuleada en todos los sentidos. Con la autoestima por los suelos, y que no entiende cómo los que terminaron de reventar las costuras de la ciudad tengan ahora de compañeros de guerra contra el PSOE a quienes iban a representar las políticas del renacimiento de Jerez. Va a necesitar mucha pedagogía y liderazgo la agrupación de electores Ganemos Jerez para argumentar una decisión que sumerge al municipio en la desoladora foto-fija de noviembre de 2012, en llamas y durante demasiados días conviviendo con basura en las calles. 

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