La Consejería de Salud y el Xera: primero dispara, después pregunta

La delegada territorial, la ex concejal del PP Isabel Paredes, pide a la alcaldesa por carta un informe "a la vista de cómo se ha producido la celebración del Festival"

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Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Desde 2014 soy socio fundador y director de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología; hice la dramaturgia del espectáculo 'Soníos negros', de la Cía. María del Mar Moreno; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero', que organiza la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Accésit del Premio de Periodismo Social Antonio Ortega. Socio de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) y de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

Control de acceso en la zona aforada de La Asunción por el Xera, el pasado fin de semana.
Control de acceso en la zona aforada de La Asunción por el Xera, el pasado fin de semana.

La delegada territorial en Cádiz de la Consejería de Salud y Familias, Isabel Paredes, ha enviado a principios de semana a la alcaldesa de Jerez, Mamen Sánchez, un requerimiento de información sobre el desarrollo de la tercera edición del Xera, el festival de músicas del mundo que tuvo lugar el pasado fin de semana en la ciudad. Hasta aquí nada raro. Lo curioso es que en su escrito, al que ha accedido lavozdelsur.es, la ex concejal del PP en el Ayuntamiento de Jerez ya hace su propio análisis del evento a partir de las imágenes de un vídeo que se hizo viral sobre una aglomeración de personas —que en un informe policial se concluye que fue puntual— en la noche del pasado sábado alrededor del espacio aforado que se había habilitado para los conciertos que se desarrollaron en la plaza de La Asunción. 

Paredes recuerda, ante todo, el punto 6.4 del artículo 27 de la Orden de 19 de junio de 2020 por la que se adoptan medidas preventivas de salud pública en Andalucía para hacer frente a la crisis sanitaria del coronavirus una vez superado el estado de alarma. Aquí recuerda que "en los eventos multitudinarios, que en espacios cerrados concentren a más de 200 personas, o 300 personas si son espacios al aire libre, se deberá realizar una evaluación del riesgo por parte de la autoridad sanitaria (...)" y "se pone de manifiesto que por parte del Ayuntamiento no  ha sido solicitada la correspondiente evaluación del riesgo del evento que se pretendía celebrar y que aun así, se ha celebrado". 

"A la vista de cómo se ha producido la celebración del Festival, sin tomar las medidas oportunas para evitar posibles transmisiones en aras de salvaguardar la salud pública de los ciudadanos, se solicita con carácter urgente informen a la Delegación Territorial de los hechos ocurridos", remata Paredes su escrito. En los tres escenarios habilitados por la organización no se superaba el aforo al que alude la delegada, ya que el Cine Astoria contaba con un aforo de 200 personas, mientras que la plaza de La Asunción tenía aforo para 150 espectadores y la Alameda del Banco, para 100, según informa el Ayuntamiento. 

Del mismo modo, en todos esos espacios se habilitaron arcos de seguridad, con control de temperatura a los asistentes, y debían permanecer sentados salvaguardando las distancias, con mascarillas y previamente desinfectados con gel hidroalcohólico. Las imágenes puntuales del sábado, como ha defendido en todo momento la organización, no debieran convertirse en la generalización de "cómo se ha producido la celebración del Festival", a menos que la delegada territorial solo tenga en cuenta el vídeo que le haya podido llegar o las diferentes notas de prensa que el PP que lidera su compañero Antonio Saldaña haya podido emitir, donde poco más o menos se habla de que los conciertos pusieron en peligro la vida de los jerezanos. Una hipérbole de quien solo busca alarmar gratuitamente a la población y de quien emplea una dudosa vara de medir para según qué cosas.

De una representante institucional se espera todo el rigor de quien representa a todos los ciudadanos, no solo a una parte o, especialmente, a los intereses de su partido. No se espera un discurso que compra un vídeo viral o el relato magnificado de unos hechos que, efectivamente, se produjeron en un momento concreto, pero que tuvieron más que ver con la responsabilidad individual que con la mala planificación del evento. Porque de la misma manera, se le podía preguntar a Paredes si también ha enviado un requerimiento a la Diócesis de Asidonia-Jerez para que explique cómo se desarrolló y si solicitó informe previo para celebrar la multitudinaria despedida del obispo José Mazuelos, que también tuvo lugar el pasado sábado en la Catedral de Jerez, a escasos metros de La Asunción, centro de la polémica generada en torno al Xera. O si ha preguntado por la boda que ese mismo día, también en la plaza de La Asunción, congregó a numerosas personas en torno a los contrayentes.

No es extraño que al PP, que cuando gobernó el Ayuntamiento de Jerez con mayoría absoluta prácticamente suprimió la delegación de Cultura —su responsable político era "concejal del plan especial de promociones culturales"—, intente criminalizar al Xera y a sus organizadores —el festival surgió hace tres años a instancias de Ganemos—. Tampoco sorprende que el líder de los populares en Jerez, Antonio Saldaña, hable de conciertos de "dudosa calidad" al referirse al cartel del evento; sobre todo, si recordamos muchas de las actividades culturales chuscas y pueblerinas que promocionaban los populares cuando pasaron por el gobierno local. Lo que sí es extraño —por desgracia, cada vez menos— es que una delegada territorial dispare contra otra administración pública y luego pregunte. 

Sin ir más lejos, el verano pasado, una empresa privada, con la aquiescencia del Ayuntamiento portuense —en manos de PP y Cs—, celebró una serie de eventos en un recinto acotado junto al Guadalete y con todas las medidas de seguridad, lo que no impidió que en torno al recinto se llevaran a cabo cada fin de semana multitudinarios botellones ilegales. Hasta la propia Paredes tuvo que advertir al alcalde Germán Beardo (PP) de que pusiera coto a estas aglomeraciones. Su reacción también vino por unos vídeos que estaban circulando por redes sociales, aunque en esta ocasión advertía simplemente de que "nos producen una gran preocupación por las consecuencias que pudieran derivarse", dado que "se están produciendo aglomeraciones de gente en lugares de ocio nocturno".

Unos días después de aquello, la plaza de toros de El Puerto celebró una corrida de toros con, como mínimo, unos 5.000 espectadores, sin apenas distancia y, en muchos casos, con personas sin mascarilla. Dos meses después de que la Junta anunciara que investigaría los hechos y depuraría responsabilidades no se ha vuelto a decir nada más sobre este espinoso asunto, que incluso recibió las críticas del mundo del toreo.

Despedida del obispo Mazuelos, el pasado sábado, en la Catedral de Jerez. FOTO: CEDIDA
Despedida del obispo Mazuelos, el pasado sábado, en la Catedral de Jerez. FOTO: Facebook Antonio Saldaña

De celebrarse este fin de semana nuevamente el Xera, sus organizadores a buen seguro que medirían aún más muchos de los aspectos que han fallado en una edición tan compleja como la que se ha vivido, en plena segunda ola de la pandemia y con restricciones de todo tipo. De hecho, hubo un momento meses atrás en los que incluso se barajó suspender el festival, como tantos otros eventos, pero finalmente pesó la importancia de seguir dinamizando la ciudad y dando vida al centro y a sus negocios —como ya ocurrió sin incidente alguno el verano pasado—. De hecho, el Ayuntamiento también se piensa muy mucho de qué manera permitir desfiles procesionales por las calles de la ciudad o cómo hará viable que este año se celebren Zambombas navideñas.

La nueva normalidad que impone la peor pandemia en cien años implica una constante revisión de lo que falla para mejorar y garantizar aún más la seguridad de todos. Ir a degüello, y morder el hueso desde todos los frentes, por un vídeo que no recoge la realidad que se vivió en los tres días del Xera no solo es insano, sino que también es injusto para quienes pudieron tener algunos ingresos —gente de la cultura y la hostelería en esos días, esos a los que luego se dice defender— y para quienes —la mayoría— sí cumplieron las normas. 

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