Toda estrategia en redes busca enamorar al cliente. Fidelizarlo con emociones. No hay mayor emoción que pisar año tras año el Real y compartirlo.
No hay mejor red social en el mundo que la Feria del Caballo. Una red social inventada hace ya muchos años y que mantiene su esencia pese a la transformación digital en la que está inmersa nuestra sociedad. La Feria es la mejor red para conectar personas. En ella nos congregamos familia, amigos, conocidos, compañeros de trabajo, compañeros de la Universidad, potenciales clientes, etcétera. llevándonos a todos a ese enamoramiento que busca todo Social Media Manager.
Por analogía, podemos imaginar que una caseta de Feria es aquella página de Facebook que llenamos de Me gusta en cada saludo, abrazo y momento compartido. Un muro lleno de fotos que no son más que aquellas instantáneas en las que intentamos inmortalizar con esos momentos de reencuentros que comentamos todo el año con la familia y amigos. ¡Cuántos amigos juntos!¡Amigos de carne y hueso!
También existe el perfil profesional de la Feria. Un Linkedin brutal. Chaqueta, corbatazo y móvil en mano hacia la búsqueda de ese almuerzo de trabajo donde “mensajearnos” con el jefe entre rebujito y gin tónic. O bien, el avispado comercial que inunda de tarjetas de visita cada reunión donde aparece como la bruja del tren de la escoba. ¡Ahí llevas la notificación de su nuevo puesto de trabajo!
Para mí, si la Feria del Caballo se asemeja a alguna red social, es a Instagram. Plasticidad y emociones. Colores y filtros. El “flash” de la imagen que transmite todo tipo de sentimientos. La belleza del caballo, jinetes y amazonas; las mujeres vestidas de flamencas, la luz de un magnífico alumbrado y la cuidada decoración de determinadas casetas. Todas esas imágenes se quedan grabadas en nuestro cerebro y formamos nuestro muro que compartimos cada vez que hablamos de nuestra Feria.
Como en toda red social, la Feria también tiene sus trolls. Aquellos que intentan boicotear su mensaje de una forma hostil, molestando y provocando un sentimiento negativo hacia nuestra fiesta. ¡Cuidado los feriantes trolls que hacen un daño inmenso y provocan que la marca Feria del Caballo no se expanda más allá de nuestras fronteras! Algo que no están consiguiendo.
En definitiva, esa red social llamada Feria del Caballo es una estrategia perfecta para el Social Media Manager de nuestra ciudad. Toda estrategia en redes busca enamorar al cliente. Fidelizarlo con emociones. No hay mayor emoción que pisar año tras año el Real y compartirlo. No hay más emoción que venir a nuestra Feria del Caballo desde cualquier parte del mundo por vez primera y conectarse a una ciudad que te acoge con los brazos abiertos regalándote un gran Me encanta.


