Paracaidista se queda enganchado a una farola en el pasado desfile en Madrid por el día de la Fiesta Nacional.
Paracaidista se queda enganchado a una farola en el pasado desfile en Madrid por el día de la Fiesta Nacional.

La sentencia, previsto o no, programada para el 14 de octubre, llega por entregas como si fuera una serie de televisión. Casualidad o no, primero se ha celebrado la fiesta imperial castellana de la conquista de América con grave presencia de los ejércitos y del rey como jefe de los mismos. El mismo rey del discurso del 3 de octubre de 2017. Me viene al recuerdo la Oda a España de Maragall, Escucha, España, la voz de un hijo/ que te habla en lengua no castellana;/ …/ en esta lengua pocos te hablaron;/ en la otra, demasiados./. Y no puedo olvidar al genial y andaluz Machado: Castilla miserable, ayer dominadora, / envuelta en sus andrajos, desprecia cuanto ignora./ ¿Espera, duerme o sueña?¿La sangre derramada/  recuerda, cuando tuvo la fiebre de la espada?/

No son ejercicios de intelectuales aburridos volver a citar a Castilla sino los deseos ideológicos desde Franco hasta Vox, pasando por todas las derechas. Siempre los Reyes Católicos, don Pelayo o cualquier otra figura que establezca directa o indirectamente una relación con la Castilla imperial como “cultura nacional” de España. Una “cultura nacional” al modo de la prusiana, la garibaldina. La “cultura nacional” es un instrumento para infundir valores morales e instruir históricamente a la población desde las clases directoras de una sociedad.

La Fiesta Nacional de España es el recuerdo imperial y la celebración militarizada de la conquista de América, en contraposición con las fiestas nacionales de las Américas, que caen en el calendario el día de sus independencias del Imperio Español, precisamente. ¿No les parece que es una afrenta a nuestrøs hermanøs americanøs esta celebración?

Castilla mira con su mentalidad hegemónica más allá de sus propias fronteras, mentales e ideológicas, lo mismo hasta las costas de la Península Ibérica que allende los mares. Es la misma mentalidad imperial del franquismo hacia el interior de la Península, recién perdido casi todo lo que hubiera podido denominarse un imperio: los territorios del Marruecos español, excepto el Sahara occidental, después abandonado desordenadamente.

Este es el marco temporal que las celebraciones y otros aconteceres nos señalan como el contexto interpretativo para la sentencia contra el Procès. No hubiera sido lo mismo la publicación antes o después. Más diferente aún si no hubiera habido filtraciones injustas e ilegales de la sentencia. Casualidad o no, todo significa y su significado se aprovecha.

Creo que no se ha expresado con suficiente rotundidad la situación en que han quedado los presos y sus familiares. Siento que esas filtraciones pudieran ser una forma de manipulación de la opinión pública, a mis ojos repugnante. Las considero ilegales e injustas y me pregunto si se ha ordenado ya una investigación.

¿Cómo es posible afirmar en público que una sentencia que pasa por las manos de 12 personas, ¿el Judas está incluido?, puede salir de ese círculo de personas para llegar a la opinión publica? Es un nuevo daño a la credibilidad que la Administración de Justicia sufre y parece no querer darse cuenta. Es un daño contra los procesados y sus familias. Es un daño contra los ciudadanos y el Estado de Derecho.

Pero hay más elementos. ¿Qué motivos hay para que el Presidente en funciones diga que nada tiene que decir sobre las filtraciones pero anuncie una rueda de prensa tras la publicación de la sentencia? ¿Y la división de Poderes? ¿Desde cuando tiene algo que decir el Poder Ejecutivo sobre las sentencias del Poder Judicial fuera de los cauces del Derecho? Demasiado extraordinario todo, ¿no les parece? ¿Por qué envía el Gobierno mil policías si no conoce o no debe conocer la sentencia? ¿La sentencia podría ser exculpatoria? ¿Qué es lo que se propone decir el Presidente en funciones?

El llamado procés y todas sus consecuencias están demasiado trufados de graves errores políticos que este lunes van a querer quedar resueltos con una sentencia judicial, lo que no va a ser posible. Y la política propone el 155, desde el Sr. Abascal hasta el Sr. Sánchez. Un 155 que es el 37 traducido de la Ley Fundamental Alemana con la que nunca hubiera podido ocurrir todo lo ocurrido. Conviene despertar y darse cuenta de ello. Además del grave problema añadido de que el Tribunal Supremo es primera y única instancia, en contra de lo que razonablemente hubiera debido ser: el conocimiento del caso por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Una suerte de sentencia sumaria por inapelable en la jurisdicción española.

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