Productos de higiene íntima de mujer. FOTO: EXCITE.
Productos de higiene íntima de mujer. FOTO: EXCITE.

La defensa de la igualdad entre hombres y mujeres también pasa por el consumo. Aquí nos encontramos con la tasa rosa. Así se denomina al hecho de que haya productos y servicios iguales para hombres y mujeres pero que cuestan más cuando los consume una mujer. Hace unos días la organización de consumidores Facua solicitó multas para algunos supermercados (en este caso Carrefour, Día y Lidl) por poner a la venta maquinillas de afeitar para mujeres a un precio muy superior al de las maquinillas para hombres sin ofrecer ninguna ventaja las femeninas con respecto a las masculinas. Este producto llega a ser hasta un 170% más caro si va destinado a las mujeres.

Para comprobar que esto va más allá de las cuchillas tan solo hay que ir al supermercado y pasearse por los pasillos en los que se encuentran los productos de higiene y belleza. Cremas, champús o desodorantes son solo algunos de los artículos por los que hay que pagar más si en ellos predomina el rosa sobre el azul o si en sus envoltorios pone “for woman” en vez de “for men”. Si son iguales, ¿por qué diferenciar entre productos de hombres y mujeres? Deberían ser unisex y deberíamos pagar todos lo mismo si ninguno ofrece ventajas sobre el otro. Se trata de publicidad engañosa que una vez más nos perjudica a nosotras.

Esto también es extrapolable a servicios como la peluquería. Por tener el pelo más largo y por tratarse de un servicio de belleza tenemos que pagar más que los hombres. Igual que cuando nos depilamos, nos hacemos la manicura o nos maquillamos. Hay hombres que también se depilan pero para las mujeres hacerlo es casi una obligación, como todo lo relacionado con lo que se considera belleza. Una  imposición más de la sociedad machista en la que vivimos. Si no nos depiláramos, no fuéramos bien peinadas, maquilladas o vestidas tendríamos que aguantar multitud de comentarios y actitudes denigrantes. Y para que no sea así tenemos que realizar unos gastos que los hombres no realizan o tienen un acceso más económico a estos servicios.

No olvidemos que también están los los productos que utilizan las mujeres por necesidad y por los que hay que desembolsar un dinero al mes, algo que los hombres no hacen. Un ejemplo son las compresas y los tampones. Se trata de productos imprescindibles para la higiene femenina. Uno de los problemas es que el IVA de estos productos es del 10%. En Canarias ya se ha aprobado la norma que ha rebajado el impuesto al 4% considerándolos un producto de primera necesidad. En el resto de España todavía no se ha logrado esa bajada pese a las numerosas peticiones que se han realizado.

Es una buena iniciativa que algunos supermercados hayan decidido que el día 28 de cada mes se baje el precio de estos productos modificando el IVA, pero no es suficiente. Esto debería ser así siempre. Tener la regla es caro cuando podría ser más económico si se tuviesen en cuenta las necesidades femeninas. Y ya que estamos incluyamos aquí el tema de los anticonceptivos. Por lo general las mujeres también gastan más que los hombres. Si se compran preservativos el gasto puede ser compartido. Pero si se utilizan métodos femeninos como el anillo anticonceptivo o las pastillas anticonceptivas rara es la ocasión en la que el hombre hace una aportación económica. Como es ella la que se lo tiene que poner o que tomar, que asuma el gasto. En definitiva, pagamos más por lo mismo y cobramos menos por el mismo trabajo. Nuevos ejemplos de hechos humillantes y machistas del día a día que perjudican a las mujeres y que hay que denunciar.

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído