Todos los años lo mismo y vamos ya camino a las bodas de oro de una Fiesta de la Bulería que sigue con sus vaivenes pendulares a ver si por suerte se acierta con la tecla adecuada.
Todos los años lo mismo y vamos ya camino a las bodas de oro de una Fiesta de la Bulería de Jerez que sigue con sus vaivenes pendulares a ver si por suerte se acierta con la tecla adecuada. Nuestra opinión nada tiene que ver con el cartel, ni con el trabajo del nuevo equipo municipal, ni con el asesoramiento de la Federación de Peñas Flamencas; va dirigida a un modelo adaptado a los tiempos y que sobre todo repercuta en la economía jerezana, que falta nos hace.
No vayan a creer que lo que van a leer es algo nuevo, llevamos muchos años con nuestra idea en altavoz aunque se ignore sistemáticamente, pero humildemente la volvemos a poner al servicio de Jerez, como corresponde. Lo mismo algún año se toma alguna idea que redunde en el beneficio de todos y en aliento a una forma de decir el cante que debe protegerse como patrimonio oral. Aquí tienen un resumen de nuestra propuesta que parte no de un conocimiento artístico sino de aritmética pura y dura. Vamos a ver, es algo muy claro que podemos entender todos: si tengo un presupuesto de 45.000 euros, en lugar de destinarlo a una sola noche, ¿por qué no divido esta cantidad y tenemos 6.500 euros para hacer una semana completa? Los beneficios son múltiples sobre todo si somos capaces de presentar el evento varios meses antes (¿durante el Festival de Jerez de primavera?). No podemos seguir presentando la Fiesta dos semanas antes… Esta idea ya la han tomado para sí otros puntos flamencos de interés, y están muy contentos, como el Festival del Cante Grande de la Puebla (allí me hablaron esta año que la semana había conseguido dinamizar el pueblo cultural y turísticamente), la Caracolá Lebrijana, Mairena del Alcor…
Aquí tienen un resumen de lo que venimos publicando para que no se me cansen: 1) La división de opiniones que genera año tras año el cartel de la Bulería tiene que ver y mucho con la mentalidad de “pueblo a lo ancho” que tiene Jerez como eterna aspirante a ciudad moderna y cosmopolita que por derecho y título le corresponde, con el muy noble y muy leal por delante, y por el volumen de población que le lleva a ser la quinta ciudad de Andalucía. Lo digo porque la Fiesta de la Bulería es como la “fiesta mayor del pueblo”, muy cercana en esencia a los “moros y cristianos” sI me apuran, y donde las competencias y rivalidades se acentúan por unas horas aunque el resto del año haya pasado in albis para algunos artistas. Y es la oportunidad ideal para el “que me dejen a mí que quien sabe de esto soy yo” que enarbola el jerezano sobre la barra de un tabanco.
La Catedral del Cante está en La Unión (Murcia) y no en la tierra de Manuel Torre, Terremoto o La Paquera, porque ellos saben funcionar y optimizar recursos y el jerezano es un lobo para el jerezano…
2) Hoy día, y por fortuna, la ciudad en cuanto al flamenco se refiere tiene otras citas mucho más importantes y de mayor repercusión que ésta, encabezadas por el Festival de Jerez, que no solo repercute internacionalmente sino que genera ingresos económicos a una ciudad sedienta de ellos. Un modelo que funciona a la perfección pero que no se consigue imitar a lo largo del año. Adaptar aquello que funciona es de sabios y persistir en modelos caducos, lo contrario. La Catedral del Cante está en La Unión (Murcia) y no en la tierra de Manuel Torre, Terremoto o La Paquera, porque ellos saben funcionar y optimizar recursos y el jerezano es un lobo para el jerezano… ¿hay una ciudad en el mundo mundial que vaya contra lo suyo de manera tan palpable como Jerez? Como se escucha en la calle estos días, ahí están las nuevas Mujerez: Remedios Amaya, Lole Montoya y Estrella Morente…
3) La tendencia de los últimos años, en cuanto a festivales flamencos se refiere en España, es ir acortando el programa, incluso dejándolo en un mano a mano de artistas. Buscando más la selección que la cantidad. Lejos quedaron aquellos interminables festivales que duraban “hasta que venga el lechero” (que diría nuestro querido Sordera de Jerez) porque la gente ya no aguanta con el entusiasmo de entonces, tal vez por falta de figurones de otra época.
4) Seguimos insistiendo en que lo mejor para la ciudad es adaptar la Fiesta a unos nuevos tiempos que nos permitan lucir historia flamenca y optimizar recursos para que incidan en la economía global de la ciudad. 5) Pregunto con humildad: ¿Y si en vez de una Fiesta celebrada en una sola noche con varias horas de duración no diera de sí cinco o seis buenas jornadas flamencas con dos o tres horas de extensión cada una buscándole su aliciente? Lo mismo tendríamos un Festival que puede conservar el mismo nombre. Un formato que, añadiéndole cursillos, conferencias, rutas…, es el que verdaderamente atrae al público: el que se queda a dormir en Jerez, el que llena negocios y bares, además de los espectáculos. Es el visitante el que gasta en flamenco, pues el personal de la zona, con el inicio de la cuesta de septiembre que es peor que la de enero sí o sí, no ve cómo gastarse 20 lerus en flamenco con todo el que tiene gratis a lo largo del año. 6) Si Salzburgo vive de Mozart… es un modelo… Porque mucho me temo que Jerez será una ciudad de turismo cultural. No le queda otra que diría el castizo…
José María Castaño es especialista en flamenco y director de loscaminosdelcante.com, donde se ha publicado originalmente este artículo.
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