Una auditoría. Eso es. Eso es exactamente lo que vamos a hacer, lo primero que vamos a encargar cuando gobernemos. En cuanto gobernemos. Al día siguiente, si puede ser. Sí, sí, ya sé que es una medida novedosa, que nunca se le ha ocurrido a nadie, pero el tiempo nuevo que se abre en política, el tiempo nuevo que han pedido los ciudadanos y ciudadanas con sus votos, necesita medidas audaces.
Y una auditoría es una medida audaz. Y novedosa, desde luego. Una auditoría, la leche, a veces es que me sorprendo a mí mismo. Una auditoría ya. Hay que levantar alfombras, abrir puertas, ventanas y cajones, abrir muchos cajones, porque necesitamos una foto-fija de las cuentas municipales para saber dónde estamos. Porque donde estamos es donde nos han llevado. Ellos. Así que, una auditoría. Sí. Lo primero. El punto de partida y, a partir de ahí, pues ya podemos trabajar en una hoja de ruta para gobernar y establecer prioridades de gestión. Por cierto, ¿cuánto tarda en hacerse una auditoría? Eso tarda varias semanas, ¿no? Ah, que incluso pueden ser meses… Pues hala, nos vemos en septiembre…
Comentarios