Hoy mismo, nos encontramos con el gobierno del PSOE de Pedro Sánchez dependiendo de sus acuerdos y ofreciendo concesiones a minorías en perjuicio de la mayoría.
ERC (869.934 votos – trece escaños).
JxCAT (527.375 votos – ocho escaños).
PNV (377.423 votos – siete escaños).
Eh Bildu (276.519 votos – cinco escaños).
CUP PR (244.754 votos – dos escaños).
CCA PNC NC (123.981 votos – dos escaños).
NA (98.448 votos – dos escaños).
BNG (119.587 votos – un escaño).
PRC (68.580 votos – un escaño).
Teruel Existe (19.696 votos – un escaño).
Está claro que las concesiones especiales a una parte, va en detrimento del reparto equitativo hacia las otras (matemática pura) que quedan fuera de las negociaciones sin concesiones específicas hacia sus territorios. Si el electorado andaluz, es indudable, que es el que tiene mayor capacidad para poner y quitar gobiernos de acuerdo a su población y a su representación en votos (si la hubiera, más aún en representaciones específicas andaluzas según la Ley electoral vigente), la pregunta que cualquier común de los mortales se haría es ¿Por qué no hay una fuerza política que defienda los intereses particulares de Andalucía?
Actualmente quedamos fuera y con la cara de tonto de ver que al que has puesto ahí, ofrece el pastel a otros con muchísimos votos menos que los que aportamos desde Andalucía quedándose con la mayor y mejor parte, y dejándonos al margen de todo, sin pintar nada, con las migas, si queda algo. Está claro que en este reparto de lobos, si hubiera una representación específicamente andaluza que fuera significativa, Andalucía sería la determinante para cualquier Gobierno central.
Pero el fondo de la respuesta es todavía más cruel, somos nosotros, los andaluces, los que lo propiciamos y permitimos. Andalucía está a la cola de Europa en renta per cápita y a la cabeza en paro. Estos injustos datos no corresponden a la que es la 3ª economía en aportación al PIB del estado español. Las preferencias estratégicas de los gobiernos, además de “otras cosas”, han hecho de Andalucía el territorio del estado español menos industrializado y su sociedad, la más pobre.
Esta realidad persiste a pesar de que Andalucía es el territorio más rico en recursos. A partir de ahí, obtenemos una primera conclusión abrumadora. Nunca ha habido un compromiso específico con Andalucía. Los Gobiernos han beneficiado a otros territorios y han optado por decisiones que les han procurado mayores beneficios en sus funciones de gobierno y de continuidad en el poder del estado español, aunque eso reporte perjuicios y marginación a Andalucía.
Por otra parte, los fondos recibidos han tenido destinos inadecuados y no han revertido en estructuras que permitan un desarrollo progresivo del tejido económico y empresarial de Andalucía. Actualmente, los andaluces no tenemos una fuerza que contrarreste este efecto. Ahora la pregunta es: ¿Cuánto tiempo más vamos a consentirlo?
Artículo de Fernando García (líder del grupo Rey de Copas), músico y antropólogo
Comentarios