Juanma Moreno se merece una oportunidad

Raúl Solís

Periodista, europeísta, andalucista, de Mérida, con clase y el hijo de La Lola. Independiente, que no imparcial.

Juanma Moreno en el Parlamento andaluz, en su sesión de investidura como presidente.
Juanma Moreno en el Parlamento andaluz, en su sesión de investidura como presidente.

La principal cualidad de un demócrata es aceptar los resultados electorales o la suma de las distintas formaciones parlamentarias que se unen y conforman una mayoría legítima y legal. Eso es lo que ha ocurrido en Andalucía. El nuevo presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, se merece todo el respeto y la elegancia de quienes se digan demócratas. El respeto y elegancia que también merece Pedro Sánchez que gobierna por la misma aritmética que Juanma Moreno. Tan legítimo es el Gobierno de España como el de Andalucía.

Es cierto que el pacto andaluz se nutre de la extrema derecha, pero también lo es que el acuerdo, rubricado por los tres partidos que apoyan al futuro Gobierno andaluz, no contempla la derogación de las leyes de violencia de género o las referidas a las personas transexuales, homosexuales o bisexuales.

Las multitudinarias manifestaciones feministas de estos días han sido un aviso a Juanma Moreno de que, como se le ocurra involucionar en materia de igualdad entre hombres y mujeres, tendrá una contestación social masiva de millones de mujeres y hombres que no están dispuestos a regresar a una España en blanco y negro. Por la cuenta que le tiene, bien puede escuchar al movimiento feminista.

Huelga de hambre

Sin embargo, la huelga de hambre convocada por la transexual granadina Kim Pérez es un circo, aunque ella sea una señora que se merece todos los respetos. Las huelgas de hambre se hacen con objetivos concretos y no como pataleo a un resultado electoral o de manera preventiva. En Andalucía, a día de hoy no se ha recortado ni un derecho a las mujeres ni a las personas LGTB. Ni uno solo. Básicamente porque aún no se ha constituido ni el Gobierno que presidirá el malagueño Juanma Moreno.

Tampoco se han subido los salarios los miembros del nuevo Gobierno, aunque el PSOE lanzó una fake news durante las negociaciones entre PP y Ciudadanos, de la que se hicieron eco muchos medios que jamás han publicado que en Canal Sur, sin ir más lejos, ha habido directivos que han cobrado más que los inquilinos de San Telmo. No quiere decir que no se vayan a subir los salarios, pero de momento no lo han hecho.

Es curioso que todos los que llevan décadas callados se hayan convertido de repente en aguerridos opositores y manifestantes. Yo reconozco que sigo noqueado tras ver a la todavía consejera de Educación en funciones, Sonia Gaya, en una manifestación a las puertas del Parlamento. Ella, que tiene a monitoras de integración de la escuela pública privatizadas, con salarios de 700 euros al mes y a las que le negó el pan y la sal durante los muchos años que han peleado por sus derechos.

O el trato inmisericorde y soberbio que Sonia Gaya le brindó a las familias que pedían que se aprobara la Ley de Bioclimatización en el último pleno de la pasada legislatura, texto legislativo que presentó Podemos, que contaba con el apoyo de PP y Ciudadanos y que obtuvo también los parabienes de los letrados de la Cámara.

División de la izquierda

En estos años vamos a ver a demasiados y demasiadas políticos socialistas hablar en un lenguaje progresista mientras durante sus años de Gobierno se han caracterizado por no diferenciarse en absolutamente en nada a cualquier político del PP. Sin ir más lejos, la misma Susana Díaz ha alertado este sábado de que la división de la izquierda beneficia a la derecha. Ella, que dejó gobernar a Rajoy en Madrid y que en Andalucía pactó con Ciudadanos para cortarle el paso a Podemos, se acuerda ahora de no dividir a la izquierda.

Sin lugar a dudas, Juanma Moreno empezará a gobernar y no lo hará a favor de la gente sencilla, sino de las capas privilegiadas de la sociedad. Es un líder conservador y su agenda social y política es la que es, de derechas. A nadie ha engañado durante la campaña electoral. Entonces, cuando esas decisiones lleguen, que llegarán, habrá llegado el momento de analizar y cuestionar las políticas del nuevo presidente andaluz.

Mientras tanto, Juanma Moreno se merece, por lo menos, los 100 días de gracia para que pueda conformar su Ejecutivo, empezar a rodar y poner en marcha sus políticas. PP, Ciudadanos y Vox han pactado, claro que sí. ¿De qué se extrañan en el PSOE? Lo que no es entendible, además de ser la causa que ha abierto la puerta a un Gobierno conservador y a la derechización del sentido común andaluz, es que Susana Díaz expulsara a IU del Gobierno, se negara a pactar con Podemos y se echara en brazos de una fuerza de derechas como Ciudadanos.

Diez plagas de Egipto

Entonces, en 2015, cuando Susana Díaz celebró que “hemos frenado al populismo” y le negó el agua y la sal a los 15 diputados de Podemos, no se puso nadie en huelga de hambre para defender las políticas progresistas en un Parlamento donde, aunque había 65 escaños de izquierdas frente a 44 de derechas, la mayoría de leyes y los tres presupuestos aprobados han sido de tinte conservador, gracias al pacto entre PSOE y Ciudadanos para arrinconar cualquier posibilidad de que Podemos influyera en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía. Otra cualidad de un demócrata es la honestidad intelectual, justo de lo que escasean estos días los aguerridos opositores que acusan al nuevo presidente de las diez plagas de Egipto.

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