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Pidiendo la unidad de la izquierda, Tania Sánchez ha presentado esta semana su nueva formación política en el hotel Ritz de Madrid. “Creo que urge romper con esa fragmentación, tratar de unificar propuestas alternativas unitarias, ese es el empeño y en lo que nos vamos a poner a trabajar”, dijo la ex dirigente de IU. Tania, vestida de negro, alargó la invitación a los militantes socialistas que se sientan “defraudados” a sumarse al proyecto que su iniciativa comparte con Equo y otros movimientos sociales.

¡Bájense del barco que aquí atracada os espera esta emocionante lancha motora!, le faltó decir para reforzar su mensaje de unidad. Además de leer con interés la noticia, no puede uno evitar concentrarse en la foto que la ilustra. Concretamente en el alfiler que le traspasa a Tania la piel muy cerca de la comisura de los labios, un lugar donde toman vida las palabras y se desordenan los besos.

Y recordé los tiempos en los que los jóvenes dejaron de fumar tabaco americano para pasarse a los nacionales cigarrillos Celtas cortos. Era una manera de mostrar, junto a otros atributos estéticos, por dónde iban los tiros; a la par que se simpatizaba con viejos profesores que transmitían sus enseñanzas, con impecables trajes con chaqueta cruzada, y una entusiasta esperanza en el futuro. Un viaje en la máquina del tiempo que siempre es muy útil para trazar adecuadamente cualquier derrota náutica. Hoy el ministro de economía de los griegos no usa corbata y se sube los cuellos de la chaqueta antes de entrar en las reuniones donde se juega el futuro de su país, se los baja cuando se sienta en la mesa y se los sube de nuevo para hacer la rueda de prensa. Todo comunica.

Y a esto que regresa el ex ministro Angel Gabilondo, con talante sabio y sereno, al escenario político vestido a la vieja usanza: desmitificando la imagen de los políticos que quiere hacer ver que su desaliñada indumentaria es el reflejo de la confianza para el futuro. Todo esto que he desestructurado me ha servido para confirmar la veracidad, la economía de palabras y la naturalidad de los viejos refranes como aquel que dice que el hábito no hace al monje. Ya sabemos que todo lo que llevamos puesto sobre la percha dice mucho de lo que somos o de lo que queremos ser, pero aún me queda por resolver una incógnita que me trae de cabeza: ¿Por qué en el mes de febrero, con rachas de frío tibetano, Tania Sánchez sale en la foto con los brazos desguarnecidos para pedir la unidad de la izquierda? SALUD

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