El humo

Hablemos de sociedades que se dejan encandilar por el humo de los camorristas de la falsa nueva política en Polonia o en Hungría

09 de junio de 2025 a las 10:13h
Triunfo electoral sin victoria de La Libertad Avanza.
Triunfo electoral sin victoria de La Libertad Avanza.

El 30,5% de los andaluces estaba en situación de pobreza o amenazado por ella, en 2023. El 1,4% más que en 2022. En 2024 eran el 36% de los andaluces; un 1,6% más que el año anterior. La pobreza infantil alcanzo en 2024 el 16,18%. Uno se pregunta para qué sirve el escuchar del PP en Andalucía y cómo resulta posible pensar que Moreno y sus gobiernos hayan mejorada en nada la vida en Andalucía y para los andaluces. Todo según datos de la AEPN y Arope.

La salud, en un estudio de 2023, deja a Andalucía con la mayor lista de Espera de toda España y con la menor cantidad de médicos especialistas de todo el país. Las enfermeras en atención primaria y en la especializada está también por debajo de la media. El gasto por habitante andaluz está claramente por debajo de la media de toda España.

En educación, Andalucía (2023) tenía la mayor inversión de Educación de España. La tercera peor tasa en cantidad de profesores por alumno en centros públicos.

Con esta información, basada en datos, parecería que sí, que hay mucho vendedor de humo y mucho comprador de humo. En Andalucía y en muchos otros lugares de este mundo. Pongamos que hablamos de Madrid. Y fuera de España lo mismo, si hablamos de países como Alemania, donde la pobreza avanza y la salud pública retrocede, también. Hablemos de sociedades que se dejan encandilar por el humo de los camorristas de la falsa nueva política en Polonia o en Hungría. Hablemos de los sistemas electorales, también, por supuesto que suelen ser modificados con discreción para favorecer las hegemonías en nombre de mejor gobernanza. Ahora mismo, Cristina Fernández de Kirchner propone eliminar las elecciones de medio término, último control del presidencialismo extremado argentino. Son planteamientos estratégicos para un uso del poder que hacen sacudir la cabeza a cualquiera que lo piense.

Humo. En Misiones, Argentina, La Libertad Avanza de Milei ayer mismo alcanzó un triunfo electoral sin victoria, a pesar de que los yerbateros están conociendo ya la ruina económica por los efectos de los decretos presidenciales de Milei, en especial el 70/2023. Aunque decir solo esto sería humo. Lo mismo en la Ciudad de Buenos Aires, este 18 de mayo, que en Misiones, quien ganó la elección fue la abstención, algo del todo llamativo dado el voto obligatorio. También se suele olvidar que a Milei no lo eligió el 56% de los argentinos, sino de los que fueron a votar. Es importante, muy importante, diferenciar entre legalidad y legitimidad, porque legitimidad tiene que ver con el amplio, o no, respaldo para modificar amplios consensos sociales. Modificar todo el funcionamiento social estructural e institucional cuando se ganó, legalmente, por la mínima o muy ajustado resulta frágil y problemático. Suelen aparecer, en poco tiempo, el malestar social, en primer lugar: la contestación y el rechazo social, después. Como en Argentina, para curarse en salud, los gobernantes que alcanzan el poder en estas condiciones suelen comenzar mostrando una violencia policial sobreactuada y excesiva, para amedrentar a las poblaciones y evitar que protesten.

El humo. Tenemos un doble problema con la deificación del número, una idolatría que termina, como también en Estados Unidos de América, en fascismo numerista. Concebir la política como una simple hoja de cálculo, pero de cálculo inverso. Situar en el resultado de la hoja el resultado apetecido y que la hoja recalcule todas las partidas de gasto del Estado. Al que le toque le toca y sacar a la policía a defender la hoja de cálculo. Esto no es política sino, como digo, fascismo numerista.

El otro problema con los números es ya viejo: decir solo los favorables, ocultar los desfavorables y relativizar los resultados globales. La vida de las personas no son números separados: la vida se vive toda junta y al mismo tiempo. Por eso, nunca lo olvidaré, mi profesor de Estadística empezó su primera clase diciendo aquello del pollo, y explicando más en serio que no hay número que pueda ser entendido sin toda la literatura sociológica que debe acompañarlo. Claro, digo yo, es más rápido y más fácil usar números que adentrarse en la vida humana real, siempre poliédrica.

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