Imagen de archivo de una concentración contra la violencia machista. Hombres sí, machismo no.
Imagen de archivo de una concentración contra la violencia machista. Hombres sí, machismo no.

Tener referentes en la vida es esencial porque nos da opciones por las que elegir. Tener un hombre referente del movimiento de hombres por la igualdad a mano es un privilegio, no solo porque te enseña, descubre reflexiones y puntos de vista que tú ignoras, sino porque, además, aprendes con él y te deja frases que constituyen hermosos titulares por donde avanzar en el proceso de reflexión y deconstrucción de la masculinidad. Yo tengo esa suerte con José Ángel Lozoya, a quien conozco, a quien recurro, y a quien le debo el titular de este artículo y su posterior reflexión.

Al igual que en tiempos tristes ya superados de la historia de nuestro país, donde se hizo necesario acuñar el eslogan, "vascos sí, ETA no", para dejar bien claro quién era el enemigo y cuál el objetivo a derrotar, creo que en los tiempos que corren cuando hablamos de igualdad, de la lucha del feminismo, del machismo, y de la necesidad de promover un cambio en los hombres, también es preciso decir alto "hombres sí, machismo no".

Y es conveniente porque vivimos en un momento donde los discursos victimistas que presentan al hombre como un ser indefenso a quien el feminismo quiere destruir, desposeyéndole de sus derechos y estatus, abundan, y no son pocos los hombres que prestan oídos a esas proclamas, convencidos de que el feminismo es lo contrario al machismo, y que es injusto el trato que están recibiendo, cuando ellos lo único que hacen es lo que han hecho toda la vida, y para lo que han sido socializados.

En este sentido, es urgente hacer una pedagogía clara y concisa que aclare conceptos, evite sesgadas interpretaciones, y desacredite el discurso reaccionario del neo machismo y el fascismo. Porque cuando hablamos de machismo y de responsabilidad masculina en las desigualdades y violencias que sufren las mujeres, no estamos mirando al hombre individual, sino al modelo de hombre hegemónico que nos impone el género y que viene determinado por eso que conocemos como masculinidad. Nadie ha dicho que todos los hombres sean violadores, asesinos de mujeres, o machistas recalcitrantes.

Aclarada esta cuestión, es importante señalar que, si bien la mayoría de los hombres no cometemos esas violencias, si hemos de reconocer que tenemos parte de responsabilidad, al seguir comulgando con unos principios y valores, los de la masculinidad, que son los responsables de que muchos hombres traspasen la línea que separa a un hombre "normal", de un asesino, un violador o un abusador. Y es en este punto donde todos tenemos que tomar consciencia y trabajar para que no ocurra, porque es nuestra responsabilidad y es a nosotros a quién compete liderar ese cambio, no al feminismo ni a las mujeres. Machismo no puede ser sinónimo de hombre, y sí de patriarcado y masculinidad.

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