Garantizar el acceso en igualdad al SAS es cuidarlo, lo contrario es maltratarlo

Tener un puesto de trabajo, cerca de tu casa y familia, en un centro que te permita conciliar vida laboral y familiar después de muchos años de "dar cornazos" no puede ser un lujo

Antonio Macías.

Enfermero del SAS y secretario regional de salud, servicios sociosanitarios y dependencia de UGT Servicios Públicos Andalucía

Sanitarias, en el pasillo de un hospital de la provincia de Cádiz. FOTO: MANU GARCÍA
Sanitarias, en el pasillo de un hospital de la provincia de Cádiz. FOTO: MANU GARCÍA

Ni mucho menos todo es mejorar retribuciones, que falta hace y mucho, para el personal del sistema sanitario público en Andalucía, los profesionales necesitamos también disponer de una regulación pulcra y adecuada de todo el sistema que garantiza la igualdad en el acceso a un puesto de trabajo.

Comenzando por una bolsa del SAS que debería estar actualizada, y que ni muchísimo menos lo está, donde más de 300.000 trabajadores/as (y sus familias) están incluidos y se preparan para conseguir cualquier contrato en cualquier centro, con ello aumentan la puntuación y pueden acceder, más tarde, a mejores contratos. Todos los días miles de ellos hacen muchos kilómetros para ir desde su domicilio al puesto de trabajo y  se separan de sus familiares durante años para acumular cuantos más puntos mejor. El no actualizar esa Bolsa Regional perjudica a miles y miles de trabajadores/as y familiares que ven como  no pueden optar a un mejor contrato y más cerca de su casa. Eso es maltrato.

Luego llegan las oposiciones, a las que te tienes que presentar invirtiendo dinero y tiempo que quitas a tu familia, las apruebas y consigues una plaza... a no se sabe cuantos kilómetros de tu casa porque el SAS no oferta todas las plazas disponibles y por las que tu llevas luchando muchos años. Eso es maltrato.

Cuando ya eres propietario de una plaza y te has sacrificado lejos de tu familia o de tu hogar esperas a que convoquen los “traslados” y tener oportunidad de poder acercarte a tu domicilio, del que llevas mucho tiempo lejos, gastando dinero en gasolina o vivienda. Haces formación para completar la puntuación, gastas dinero en ello. Y cuando por fin sale la relación de plazas convocadas compruebas que otra vez no podrás acercarte a tu casa porque no han convocado plazas en los centros de tu zona. Mientras tanto ves como si que existen plazas de tu categoría ocupadas por personal eventual o vacante (con muchos menos años de servicios prestados que tu) a las que no permiten que tu accedas. Eso es maltrato.

Sí, señora consejera, maltratar al personal del SAS no solo es dar contratos en precario, no pagar lo que merecen, no consolidar los miles de eventuales, no subir los sueldos, no protegerlos en sus puestos de trabajo, no proporcionarles recursos materiales, no tener tiempo para atender correctamente a sus pacientes... también lo es el ignorar o no destinar recursos para tener un concurso de traslados abierto y permanente que permita la movilidad del personal fijo. Maltratar es no convocar todas las plazas disponibles para las oposiciones y retrasar esos procesos porque no se dedican recursos suficientes para finalizarla lo antes posible. Y por último maltratar es también tener una bolsa regional sin actualizar, impidiendo que quien más servicios prestados tenga sea quien mejor contrato coja.

Tener un puesto de trabajo, cerca de tu casa y familia, en un centro que te permita conciliar vida laboral y familiar después de muchos años de “dar cornazos” por muchos sitios, no puede ser un lujo señora consejera y eso es su responsabilidad. Y el no permitirlo es maltratar al personal del sistema sanitario público de Andalucía.

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