inicio del sendero de la garganta
inicio del sendero de la garganta

A los pies del teatro de las ruinas romanas de Acinipo, vistas majestuosas, con un relieve que hace singular cada rincón divisable de la Serranía de Ronda, de Cádiz y de Grazalema, llueve tras el duro estío, y la tierra se traga el agua como el primer sorbo de un sediento.

La cueva del Gato nos brinda una cascada de aguas cristalinas y trasparentes del Guadares, de temperatura ideal para alivio de tensiones corporales y disfrute del resto del día, que llena una gran poza. Se ven peces, los cantos rodados del fondo y a mayor profundidad adquiere un azulado turquesa, del paraíso. A escasos metros, esas aguas alimentan al río Guadiaro, un choque de colores, de contrastes, de aromas, una frontera, un muro, la foto del artículo.

La no existencia de estación de depuración de aguas residuales en alguno de los núcleos urbanos aguas arribas, o su no correcto funcionamiento de las existentes, añadido a las granjas intensivas porcinas -un cerdo produce entre 3 y 5 m3 de purines altamente contaminantes al año- sin tratamientos adecuados, y a la erosión debido a malas prácticas agronómicas sin sancionar, hacen que una ribera digna de visitar, no llegue a la excelencia del disfrute integral porque no apetece, no entra por los ojos ante esa opacidad o turbidez del Guadiaro.

Las lluvias torrenciales nos devuelven coches, lavadoras, bicicletas, bolsas de plástico, toallitas y mascarillas, que nunca tendrían que haber llegado al río, y se llevan pasarelas de reciente construcción. El agua pone a cada uno en su sitio. Un día de baño termina cuando miramos atrás y con una sonrisa, vemos la belleza al natural sin residuos.

Todo vertido a cauce público necesita de una autorización, con unos condicionantes que las administraciones competentes han de velar por su cumplimiento, si bien la realidad hace que las aguas cristalinas y trasparentes de nuestros ríos son cada vez más escasas, aun siendo desde siempre las más apreciadas. ¿Quién no se ha bañado en el nacimiento del Guadalquivir, el gran río? Apetece, es un deseo, y a medida que se enturbia en su descenso hasta Sanlúcar de Barrameda, el impulso de sumergirse desaparece.

La Directiva Marco Europea y otras legislaciones nacionales y autonómicas que derivan de ella, establecen que hay que devolver el agua en las mismas condiciones que se toma, estableciendo los mecanismos necesarios para ello. Cuesta dinero, es obvio, al igual que el coste de oportunidad de no poderse bañar en muchos kilómetros de nuestros ríos y arroyos, azudes y pozas tan transitadas antaño.

Quizás tengamos que ser más restrictivos en los condicionantes de las autorizaciones de vertidos, llegando al vertido cero, ya implantado en industrias de países desarrollados, o generando alternativas de uso de las aguas regeneradas de las depuradoras urbanas, la generación de humedales artificiales, verdaderos vergeles de fauna silvestre, como el caso de éxito de Lantejuela, o el riego de cultivos leñosos, para mayor garantía sanitaria. Objetivo ningún E. coli en nuestros ríos.

Hemos utilizado muchos años la dilución como medida de descontaminación, y el Cambio Climático nos da la oportunidad con escasez de agua, poder bañarnos de nuevo en nuestros ríos y arroyos, tan solo tenemos que creer y ponerlo en marcha. Hay kilómetros de ríos para todos.

Iván Casero es ingeniero de Montes

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