La Palmera invertida

Siempre es más fácil destruir que construir, desgraciadamente inversión es más mediático que mantenimiento, y el acierto en las decisiones fruto del trabajo intenso y consensuado

Iván Casero

Ingeniero de Montes.

Construcción de un edificio en La Palmera.
Construcción de un edificio en La Palmera.

Desde pequeño, en fin de semana caminar hasta el parque de María Luisa, por la avenida de La Palmera pisando albero y acera, viendo naranjos, datileras y setos de chalets a ambos lados, era lo que se denomina un paseo, disfrute en familia, muy social y abierto 24 horas.

Era tal el trasiego, que existía hasta un cine de verano, con sus sillas y ambigú, para deleite de vecinos. Ya eso pasó a la historia y sólo está el kiosco de la melva, como testigo adaptado al mamotreto colindante que se ubica en su lugar.

Cuando iba al Instituto Herrera, caminaba rápido, aun así, podía ver la guardería Peter Pan llena de niños en el jardín, que estaba también en La Palmera, en un majestuoso chalet, y pasaba por delante del Pabellón de Cuba, digno de un gran deleite visual. Justo al lado, se produjo mi formación en bachillerato. Máxima sensibilidad con este entorno.

Está claro que la identidad de Sevilla, formada por espacios abiertos públicos, la hacen singular y destacar en este mundo tan globalizado. Es por ello que hacer lo que el resto hace, puede hacernos perder nuestra esencia, formada por la flor de azahar - ¿quién dijo que sobran naranjos en Sevilla? -, el Parque de María Luisa, la avenida de La Palmera y el Alcázar de Sevilla. Edificios monumentales dan reflejo de nuestra historia y complementan nuestro manto verde.

Siempre es más fácil destruir que construir, desgraciadamente inversión es más mediático que mantenimiento, y el acierto en las decisiones fruto del trabajo intenso y consensuado.

Cada vez que paso, me cuesta más trabajo reconocerme en ella, y recomendar su paseo, ante la pérdida de manto verde, carestía de sombra natural y esperpénticos edificios en la tan reconocida madre de las palmeras. ¡¡¿Cuántas existirán de los huesos de esos dátiles caídos, que siempre recogía y metía en macetas o parterres de jardines, mi madre Yeye?!!. 

"Una sola mano no sirve para subirse a una palmera" dice proverbio africano. Todos lo vemos, sucede y nos recreamos con fotos no tan antiguas. De seguir así, actualicemos, anúnciese como La Palmera Invertida o bocabajo y no le echemos la culpa al picudo escarabajo.

 

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