Las orugas de los pinos

En agricultura, las líneas de cepas de viñas se encabezan con rosales, por su alta sensibilidad a plagas, permitiendo la anticipación en la toma de decisiones adecuadas en forma de lucha biológica

12 de marzo de 2025 a las 10:09h
Orugas procesionarias.
Orugas procesionarias.

Los pelillos urticantes de las orugas que van en procesión o trenecito - de ahí su nombre común procesionaria - son motivo recurrentemente de problemas de Salud Pública, especialmente en áreas recreativas y parques urbanos.

Las utilizaciones de cebos naturales permiten un control ecológico y focalizado, sin efectos secundarios. Un pino conocido por su capacidad de sobrevivir a erupciones volcánicas, es un aliado estratégico como bioindicador, y cumpliendo funcionalidad de árbol cebo.

Como un jamón ecológico ibérico de bellota al que todo el mundo gusta, la oruga procesionaria - Thaumetopea pityocampa - no puede resistirse ante los ramilletes de tres acículas - equivalente a hojas - del pino canario frente al resto de pinos ibéricos con dos acículas.

En agricultura, las líneas de cepas de viñas se encabezan con rosales, por su alta sensibilidad a plagas, permitiendo la anticipación en la toma de decisiones adecuadas en forma de lucha biológica.

La fabricación y colocación de refugios para murciélagos - quirópteros - sirve para controlar eficientemente a mitad de verano esas mariposas nocturnas, coincidiendo con la época de reproducción de estos mamíferos voladores, limitando el número potencial de orugas procesionarias del siguiente año. El fomento y cuidado de aves insectívoras como herrerillos y abubillas, son necesarias y complementan su control incluso enterradas. A mayor biodiversidad, menor probabilidad de plagas que tanto molestan a nosotros, a los pinos no los matan.

Cada vez se escucha menos vida en el campo y más plagas minúsculas, el desestabilizar la naturaleza nos contamina a todos sin discriminación, por tanto pensemos y actuemos, sin dejar residuos tóxicos ni químicos hoy y para el mañana. Y no olvidemos que ni los insectos abandonan sus crías.

 

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