Los ojos del puente quieren ver

Cada vez más se tiende a eliminar obstáculos físicos como pueden ser pilares de puentes en mitad del cauce por estructuras voladizas más estables y totalmente funcionales, pues los flujos preferentes de los ríos no se deben interferir

Iván Casero

Ingeniero de Montes.

Los ojos del puente quieren ver.
Los ojos del puente quieren ver.

Ojos que no ven, personas que sufren, adaptación de lo que se nos avecina con la tropicalización de nuestro clima, lluvias torrenciales en otoño junto a periodos de sequías más recurrentes, paradojas de la situación actual, y cauces sin haber respetado su legítimo Dominio Público Hidráulico, ¿quién sabe qué es el cono de deyección de un río, su llanura aluvial o incluso playa?, Educación del Ciclo del Agua ahora y siempre. 

Las necesidades de comunicación física de nuestra sociedad hacen estratégico el establecer puentes para salvar cauces, lecho de los ríos y arroyos según RAE, en forma de vados inundables, marcos prefabricados, puentes con pilares, colgantes y con arcos u ojos, como los 16 del puente romano de Córdoba, en definitiva, diferentes maneras de pasar de una margen a la otra, izquierda o derecha viendo el sentido del agua correr.

Los puentes se calculan para soportar las máximas avenidas de agua –si pasara el agua por encima, grave riesgo de destrucción–, sin hacer de presa ni provocar remansos, si bien todo se complica si además de agua, viene erosión del suelo, piedras, grandes piedras, árboles enteros e incluso coches.

Cada vez más se tiende a eliminar obstáculos físicos como pueden ser pilares de puentes en mitad del cauce por estructuras voladizas más estables y totalmente funcionales, pues los flujos preferentes de los ríos no se deben interferir. Sus inundaciones no se olvidan, y sus potenciales afecciones han de prevenirse.

Ojos de resistentes y antiguos puentes, amortizados para la eternidad, aun dimensionados para caudales menores que los actuales y futuros, se encuentran colmatados de tierra, llenos de vegetación e incluso tapiados para salones de comidas de venta colindante, con escritura en el Registro de la Propiedad. Ante estas circunstancias universales de falta de atención y maltrato a nuestros puentes, solo sociedades que no quieren ver, pueden no actuar ante lo que se nos avecina, eso sí lamentar los daños por inundaciones que provocan llenarán titulares de periódicos e informativos televisivos. 

Hemos de saber interpretar lo que vemos y no cerremos los ojos y menos los de los puentes pues están para algo, lo más importante, velar por nuestras vidas humanas.

“Otra vez el río, amante,

y otra puente sobre el río.

Y otra puente con dos ojos,

tan grandes como los míos.

Tan grandes como los míos,

mi amante.

¡Mis ojos, cuando te miro!

Rafael Alberti

 

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