Cascada con juego de niños.
Cascada con juego de niños.

Tendemos a ocultar las redes del agua cuando crean ambiente, aportan frescor y música en forma de armonía a través de acequias, fuentes, cascadas, albercas, escaleras con arcabuces de pasamanos, zafariches, norias, batanes, alcantarillas, azudes o lavaderos públicos.

Los escasos tramos de caños de Carmona, aunque venían de Alcalá de Guadaira, están huérfanos sin agua y ciertamente sería una manera de recuperar esplendor perdido. Recuerdo la reparación del estanque de la Plaza de España del Parque de María Luisa, donde las barcas ponen a prueba las dotes de remeros, y una vista del foso desértico no invitaba ni animaba su visita.

El mantener ese discurrir de agua limpia, sin uso de productos químicos, con plantas acuáticas es un arte que se aplica en esta tierra desde hace más de 1.000 años, simplemente aprender lo que la naturaleza nos ofrece. La Alhambra es un claro ejemplo y recuperemos el verdadero valor del agua corriente no mata a la gente y del poder volver a beber en manantiales y fuentes del campo.

Digno de reflexión es que el agua de buena calidad para beber proviene de zonas forestales, monte mediterráneo y dehesas, frente a las de zonas agrícolas industrializadas e industriales donde su coste de potabilización es brutal —descontaminar la contaminación—, sólo puede ser asumido por arcas públicas, al no ser rentable.

En la naturaleza nada es al azar, todo tiene un por qué. Desconozco si esta afirmación surgida de una propia reflexión, ha sido anteriormente realizada en público. Si es así, pido disculpas por no entrecomillar y no citar al autor, y si no es así, seguimos pues.

Los meandros, algunos llegan a ser herraduras casi perfectas, fruto del trazado sinusoidal de los ríos, permiten alargar trazados, disminuir velocidad de flujo, favorecer la recarga de acuíferos, minimizar la erosión de márgenes, posibilitar el bosque de riberas, establecimiento de especies acuícolas, en definitiva, una base de la vida.

Los conos de deyección se producen en la confluencia de un río en el mar, lago, o como afluente, con una gran superficie de evacuación natural de amortiguación de avenidas, grandes caudales, evitando inundaciones, daños personales y/o materiales. No olvidemos la tragedia de Biescas.

En este mundo hasta ahora, donde el ayer ya pasó, el tiempo se medía en segundos y no en experiencias o lecciones aprendidas, el trazado a realizar entre dos puntos a unir tenía que ser inexcusablemente la línea recta.

La eliminación o modificación de meandros para favorecer la navegabilidad, evacuación de aguas para urbanizaciones, así como de estrangulamiento de conos de deyección, sobretodo en nuestra costa ante presiones urbanísticas y de agricultura bajo plástico y tropical, sólo nos traen inundaciones, riesgos a vidas humanas y daños materiales, donde el Consorcio de Compensación de Seguros —único a nivel mundial— pagamos todos con un porcentaje de nuestra prima de cualquier seguro contratado. Nada de esto es sostenible incluso ni en el ámbito de los seguros. El mejor seguro es el que no se utiliza y el Cambio Climático no entiende de números.

Los Fondos de Recuperación, Transformación y Resiliencia, Next Generation UE han de invertir en encontrar Quercus resistentes a la enfermedad que los seca, pues las dehesas se mueren y no sé de dónde vamos a sacar las bellotas. No olvidemos que gran parte de nuestras buenas reservas de agua proceden de este único ecosistema y el agua el inicio de la vida. Restauración de llanuras aluviales, meandros, lagunas litorales, una gran celebración del día mundial de los humedales, celebrado el pasado 2 de febrero, pues es una de las principales medidas en el Reto ante el Cambio Climático.

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Comentarios (1)

José Mª Hace 3 años
Me encanta que se tenga este tema tan importante en la actualidad de la prensa. Creo que no se le dedica el tiempo necesario y que se requiere para conocer la profundidad del mismo en nuestra vida actual y futura. Haría también hincapié en la tendencia desorbitada a la deforestación de los pequeños arroyos y cauces, aunque no lleven agua superficial durante parte del año, arando los mismos para ganar algunos metros de cultivo y provocando posteriormente mayor erosión que deriva en desert
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