Un mundo de sucedáneos

Comprar en mercados de abastos, tiendas de barrio especializadas y una alta sensibilidad por nuestra salud es la mejor manera de conseguir la autenticidad

Iván Casero

Ingeniero de Montes.

Un mundo de sucedáneos.
Un mundo de sucedáneos.

Las experiencias infantiles vividas en plena naturaleza, interaccionando con lo salvaje o silvestre, se nos quedan grabadas en la memoria, tal cual ADN. Los sabores, colores, aromas y olores auténticos te impregnan la pituitaria de manera definitiva. Si las has vivido - experiencia vital obligatoria -, no admites copias de un querer y no llegar. 

La ensaladilla con trozos de palitos de surimi en formato cangrejo, las pastillas de caldo concentrado - desecadas y envueltas -, las gulas de lejos de su origen, el caviar no de sollos, sucedáneo de chocolate que no se derrite en la mano, el atún rojo usando jugo de remolacha de mesa o la carne de membrillo con más patata que fruta nunca podrán alcanzar las emociones que provocan el ibérico de bellota ecológico certificado CAAE de Miguel López, gambas frescas de Huelva, los recuerdos de las extintas coquinas del Paraíso de la Bota, la Verde Miel ecológica de Antonio Calvo o la cocina rural de Miguel Herrera.  

Aparentar lo que uno no es, reflexionar sobre titulares sin leer, no contrastar noticias, comer imaginando lo que no es, al final te lleva - cuestión de tiempo - a una frustración segura ante un mundo paralelo. 

Comprar en mercados de abastos, tiendas de barrio especializadas y una alta sensibilidad por nuestra salud es la mejor manera de conseguir la autenticidad. Para copias, ya hay otros más preparados. 

Con productos de temporada, locales y a precio asumible, buena mano en la cocina y amistad sincera de la compañía, éxito seguro. La verdad de lo auténtico en pequeñas porciones no admite sucedáneos. 

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído