La luz artificial produce sombras naturales

Hay países donde apagan el viario público a ciertas horas nocturnas para descanso o se encienden a nuestro paso

La iluminación artificial denota la oscuridad en la acera frente a la calzada.
03 de diciembre de 2025 a las 09:20h

La oscuridad no gusta, es más, produce temor, inseguridad al ser humano de ciudad. La iluminación artificial urbana tiene que evolucionar en la práctica nocturna, para que no haya aceras en una gran penumbra, frente a calzadas, vehículos aparcados y copas de árboles totalmente visibles.

Si los coches tienen faros, ¿por qué tantos focos dirigidos al asfalto y ninguno al acerado? Quizás tengamos que llevar un frontal cada uno mientras esta situación no se revierta. Pero llevo tiempo notando que la vida peatonal va, por un lado, y los iluminados por otro.

La sombra natural es esencial, un tesoro en estos lares y la falta de claridad en la noche, difícil mantenerse erguido al caminar, y en edad avanzada producirse una caída, un verdadero riesgo vital.

Aceras y bolardos luminiscentes, hasta con fibra óptica, pueden ocasionalmente tener su función, si bien focos leds colocados en farolas existentes a una altura inferior a la copa de los árboles limítrofes, suficiente.

Calle iluminada con luz artificial urbana.

Los pájaros descansarían, las personas caminarían tranquilamente y habría menos contaminación lumínica. Hay países donde apagan el viario público a ciertas horas nocturnas para descanso o se encienden a nuestro paso. Aprendamos para una mejor convivencia social y conciliación ciudadana.

El cielo ya lo iluminan las estrellas, un espectáculo universal imposible de deleite en nuestro ámbito callejero.