Azoteas en Sevilla.
Azoteas en Sevilla.

¡¡¡Papá, no quiero bajar a la calle, quiero subir!!! Y renació la azotea, definida por la RAE, como cubierta más o menos llana de un edificio, dispuesta para distintos fines. Para desarrollo de ellos, usemos la segunda definición, cabeza humana.

El ascenso es por escaleras, ya que es un espacio común olvidado por el ascensor, pero ya sabéis que el ejercicio más sano es el caminar. Es un lugar que solamente se hablaba en alguna reunión de comunidad de propietarios —su gestor legal colectivo—, por las goteras que provoca en los vecinos de la última planta, y visitada por el técnico de la antena colectiva cuando da problemas, pues ya no se utiliza ni para tender la ropa –la manera más ecológica de secar la ropa—, ni para dormir en calurosas noches de verano -unos nacen con estrella y todos podemos acostarnos con ellas-, ni para criar y volar palomos como antaño. Pero he aquí, cuando surge este virus, hemos huido hacia ella. Caminar, en itinerarios imaginarios a modo de circuitos en parques, respirando aire puro y tomando el sol, nos ha hecho recordar que tenemos que tenerla en cuenta y ponerla en valor.

Fotovoltaica, para autoconsumo energético renovable local (ascensor, bomba de agua a presión e iluminación), con pocos días de instalación, al igual que el Agua Caliente Sanitaria (ACS) son posibilidades reales, ahorraríamos CO2, disminuiríamos la necesidad de climatización de los vecinos de la última planta, y pondríamos en valor este espacio de luz, frente a las fértiles tierras agrícolas, que incomprensiblemente se están transformando para este fin, dejando de producir alimentos, vida rural y paisaje en el territorio. Mientras haya miles de azoteas y cubiertas de naves industriales disponibles, un poco de sentido común, por favor. Somos el país del Sol, vivamos pues con nuestra tierra y sol, alegría y energía.

Siguen vecinos hoy en día, subiendo al redescubrimiento, quizás para sentirse más cerca del cielo. Un vecino me llegó a confesar que en la noche, incluso, se permitía el lujo apoyado en el pretil, de poder tocar las estrellas. Espacios comunes de relación del vecindario, ideales para reuniones, fomentan todos los tipos de comunicación, con horarios de verano, invierno, primavera y otoño, para un verdadero “Paseo en las alturas, con vistas de pájaro”.

Somos junto a Letonia, el país con mayor proporción de habitantes que vivimos en pisos de la Unión Europea, con más del 66% de la población. Tenemos que trabajar en jardines en altura, el mejor climatizador sostenible, a base de pérgolas y jardineras, y huertos familiares, para convertirlas en un espacio de vida, convivencia y disfrute, con degustación incluida a la plancha o barbacoa –numerosos hoteles ya lo hacen-, pues son ideas que están de total actualidad en numerosas urbes, frente al cambio climático, y una buena excusa de sociabilización ante televisión, consolas y aire acondicionado, ese tándem que las hizo caer en olvido.

“La edad de piedra no terminó cuando se acabaron las piedras, así mismo la era del petróleo no se acabará cuando se nos acabe el petróleo” dijo Sheik Yamani, ex ministro del petróleo de Arabia Saudita, país con la mayor producción y las mayores reservas mundiales de crudo, hace 20 años. Azotea viene del árabe andalusí As-sutayya.

Mi última subida me brindó una estrella fugaz, y pedí un deseo.

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