Genaro en peligro crítico de extinción

En la actualidad han sido comprados y ampliados, perdiéndose el trato con el manchonero y hortelano que iba en diciembre a por su plantel

Iván Casero

Ingeniero de Montes.

Tomate de variedad Genaro de Los Palacios y Villafranca, Sevilla.
Tomate de variedad Genaro de Los Palacios y Villafranca, Sevilla.

Un amigo me ha pedido plantas de tomate variedad Genaro de Los Palacios y Villafranca (Sevilla). Su pequeño huerto le libera del estrés, le conecta con la naturaleza y recupera los sabores de una despensa dónde solo coge lo que necesita. Tiene hotel de insectos, refugio para murciélagos, una pequeña charca donde hay ranas que croan de noche y hasta una pajarera con la puerta abierta que sirve de cría a gorriones acostumbrados a su compañía. Una biodiversidad que le confiere libre de plagas y enfermedades.

“Los semilleros ya no las producen”. En la actualidad han sido comprados y ampliados, perdiéndose el trato con el manchonero y hortelano que iba en diciembre a por su plantel, cobrándole por su trabajo, esa selección local de tantos y tantos años, que reconocida fama ha tenido.

“En los huertos sociales tampoco”. Vaya tela. Unos tan ricos tomates, tras comerlos, guardábamos las semillas de este oro rojo, limpiándolas de la pulpa y poniéndolas a secar, en un lugar ventilado, encima de un papel absorbente. Luego al tarro en un lugar fresco y sin luz. Un verdadero banco de patrimonio.

“Hay que producir cantidad”, “hay que exportar”, “no puedo echar la sementera”, “las casas comerciales no los producen” me dicen a quién pregunto, y a quienes los recuerdan contestan “se han olvidado de conservar el sabor, con lo fácil y gratis que era”, "tomate sin cascabullo", “todo el Genaro se vendía en Sevilla y alrededores, a muy buen precio, y es que no hay más superficie ni agua para invernaderos”, “ya no existen semilleros locales, las plantas las traen y llevan en camiones con remolques”, “te regalaban un puñado de semillas para tener decenas de plantas cualquier vecino agricultor, ahora una semilla comercial diferente cuesta 24 céntimos de euro”, “la gente los pide expresamente, nos intentan convencer de que los otros son mejores, que aguantan más, si yo lo que quiero es disfrutar del Genaro con melva, del gazpacho y los que se pasan, la insuperable fritada de tomate”.

Tengo al Genaro en busca y captura, y tengo la sensación que en su hábitat natural está en peligro crítico de extinción - menos de 250 ejemplares adultos reproductores en animales -. Menos mal que mi tío Antonio hace años que les mandé unas plantas y cultiva con Lora año tras años en Menorca, deleitándose a cada bocado. Le pediré unas pocas para que regrese a su tierra, como los cantes de ida y vuelta. Uno no valora lo que tiene hasta que lo pierde.

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído