Coprolitos, palomina y los de la calle

En estos tiempos de tanta confrontación, reivindiquemos la Paz y Libertad con un palomar en cada pueblo cerealista de secano

Iván Casero

Ingeniero de Montes.

Una alcantarilla en la calle.
Una alcantarilla en la calle.

Una visita a la cueva de las ventanas, conocida también como de Piñar, en la última estribación de Sierra Arana, de la mano de unos amigos y agricultores ecológicos CAAE de la zona, comenzó justo en la entrada, con el descubrimiento de un yacimiento de coprolitos. Menos mal que había niños y preguntaron qué era eso, pues mayores estábamos sin saber dónde mirar. Por su excepcional sonoridad, visita obligada a lo más profundo y si coincide con un concierto en directo, cita inolvidable. 

Pájaros, moscas y escarabajos peloteros son especialistas en hurgar, haciendo visible la descomposición de la materia muerta de forma natural. Pocos se ven y no será por el decremento de heces, algunos de ellas parecen que van a fosilizarse por el paso del tiempo en aceras y parques urbanos, sin que propietarios de canes asuman sus responsabilidades civiles, sin que la limpieza urbana especializada se produzca como hecho, sin patrullas de paisano sancionando adecuadamente y sin que pájaros se acerquen a los mismos - ¿será por la alimentación basura? -, pues escarabajos ni se ven y habrá que reintroducirlos en las ciudades para que volvamos a disfrutar con sus movimientos. Bioindicadores para la reflexión. 

De dos a tres kilos de excremento produce al año cada paloma, con un contenido en materia orgánica del 30% y riqueza en nutrientes de 1,8% N, 1,9% P2O5, 1% K2O y 1,6% CaO, más demandada en abonados agrícolas que la gallinaza por su fertilidad. 

Utilizada para la fabricación de pólvora, por su nitrato de potasio, espero que no sea más que para fuegos artificiales para iluminarnos.

Adaptados a nuestro clima, muy rústicos, base de gastronomía local familiar y forman parte de la pirámide de la vida silvestre. Torcaces, mensajeras y sobretodo zuritas, por su gran prolificidad. Cereales, sus rastrojos y otras semillas y frutos del campo, alimentan por cada hectárea a dos colleras de palomos en proceso de cría. Además, sacan adelante pichones cada tres semanas. 

Inmensos como el de Huerta Noble en Isla Cristina, de la Greduela y Zurita ambos en Jerez de la Frontera y el de la Breña en Barbate conforman la ruta de los más grandes palomares de Andalucía, digna de realizar por amantes de la columbicultura y por ávidos en conocer nuestra cultura rural ancestral. Su mejor conservación, su puesta en valor y su uso correcto. 

En cada acto de inauguración la suelta de palomas se envuelve de un gran simbolismo. En estos tiempos de tanta confrontación, reivindiquemos la Paz y Libertad con un palomar en cada pueblo cerealista de secano.

Ayer vi un carro tirado por una mula, guiado por ocupantes que rebuscaban en contenedores urbanos, cualquier objeto valorizable, y créanme que iba hasta arriba. La mula dejó su rastro en el asfalto y los gorriones inmediatamente picoteaban los cagajones. 

Parece ser un poco escatológico la pregunta del médico por si has dado de cuerpo, en tiempo y forma, pero es que es una necesidad básica y una señal vital. 

Según RAE coprolito es "excremento fósil", quizás estos valgan de adorno, pero no se justifican la abundancia en vía pública de excrementos - del griego kopro - frescos, por enfermedades que originan y que ponen en riesgo nuestra propia salud.

 

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