Configuraron el actual paisaje de la marisma de Doñana, su genuina vegetación dulceacuícola, destacando castañuelas dependientes del agua de río, frente a su transformada partición en arrozal.
El silbato de Tartessos recién encontrado en la laguna dulce de Doñana, quizás fue el "silbo" marismeño de nuestros ancestrales pobladores, para dirigir la convivencia a través de la música, el trabajo ganadero o ingeniosamente como reclamo para atraer aves para su caza.
La obligada buena selección de sementales del mañana, capaces de transmitir genética adaptada al suelo cuarteado o inundado según época y año, que tanto costó conseguir, es la base desde la cual se puede mantener y mejorar esta raza autóctona en peligro crítico de extinción. No sabemos el verdadero valor de las cosas, hasta que dejamos de tenerlas.
Les llaman borros a esos machos, mayores de un año y menores de dos, camino de ser tan bellos como sin iguales carneros. La oveja Churra Lebrijana debe su conservación a día de hoy a la Diputación Provincial de Sevilla y a su veterinario Antonio Siles, que recogieron los últimos ejemplares de la marisma, manteniéndolos como estratégico banco en su Monte San Antonio. También a su Asociación que vela por su libro genealógico, promoviendo su investigación científica, fomento de la raza y educación de nuestra sociedad, y a un grupo de ganaderos de extensivo sensibles con la conservación de nuestro territorio, a través de estos animales totalmente resistentes a enfermedades y con sabor cárnico más que sabroso, por su comida basada en 100% pastos naturales.
Convivió con el lince ibérico, y este ya le supera con creces en número de ejemplares existentes. Hay que explicar, para conciliar sueños, a los niños que pueden contar borros en ese terreno bajo y pantanoso, y a los mayores que pidan que regresen al Parque Nacional de Doñana, una cuestión de justicia ambiental, etnológica y paisajística.
Hoy 28 de Febrero, Feliz Día de Andalucía.
Comentarios