La cultura del buen uso del agua nos viene de antaño, usando el ingenio ante la escasez, valorando lo que no se tiene. La Alhambra, un gran ejemplo.
Tomás reflotó una fábrica de materiales de construcción en Puente Genil, y habilitó un aljibe subterráneo capaz de almacenar las aguas provenientes de las escorrentías de lluvia de las cubiertas de sus naves. Gracias a ese compromiso, unas pantallas vegetales de parra virgen reverdecen y aclimatan energéticamente su proceso industrial, para satisfacción de trabajadores y clientes.
Las bañeras han dado paso en el hogar a los platos de ducha, por varias razones, desde la higiene personal, cuidado de la piel, tiempo disponible, aumento de conciencia en el uso racional del agua y eficiencia, por seguridad personal en el acceso hasta el sobredimensionado espacio que ocupaba.
El agua gris esperando el destapado, el derroche de litros de agua utilizada, los riesgos de resbalamientos y tropezones en la entrada o salida, y las dimensiones necesarias para bañarse tendidos o sentados, incluyendo que en muchos casos usarla de ducha, argumentos suficientes para la reforma del cuarto de baño, "mira que es pequeño y difícil cumplir en el plazo de su obra".
Una ducha disminuye entre 4-6 veces el consumo de un llenado de bañera, si lo multiplicamos por las veces en días tórridos y por la población que nos rodea, más que necesaria la toma de decisiones.
Siguen existiendo habitaciones de hoteles y pisos turísticos con bañeras en sus cuartos, con un consumo de agua muy superior al exigido por la normativa municipal al residente bajo riesgo de recargo económico. Hay que concienciar desde niños en la responsabilidad, exigirla a jóvenes y adultos, y acreditar el buen uso del agua, incluso siendo turistas allá donde vayamos.
El efecto lluvia lo disfrutamos bajo una alcachofa, rociador o telefonillo, siendo muy refrescante, con masajeado, incluso medicinal, y para la inmersión siempre tendremos el mar, océanos, ríos y lagos, o albercas y piscinas. Cuidemos con respeto, siempre del agua de hoy y del mañana.



