Plazoletas de albero regado.
Plazoletas de albero regado.

"Papá, hay una concha en el camino del parque", todo un descubrimiento a temprana edad, digno de un explorador de naturaleza. "Papá, pis, pis", la incontinencia propia de dos años hace que la bajada de pantalones sea en un plis y la efervescencia del contacto de la orina con el albero, concluya con: "Papá, burbujitas" propia de la reacción del carbonato cálcico de las conchas marinas con la urea.

Un riego matinal por los jardineros municipales y pasada la tarde por parte de los quiosqueros sobre el albero, se agradece junto al frescor complementario de plantas, árboles y arbustos, así como del río, y otorga un colorido anaranjado, genuino del color albero mojado.

Se comporta como una esponja, hidratándote hasta tal punto de ser un reservorio estratégico de agua en Los Alcores, entre Alcalá de Guadaíra y Carmona, aunque si la demanda de extracciones de pozos supera a la posibilidad y/o recarga natural por lluvia, hasta lo sobrenatural se convierte en insostenible. Consecuencia, de los primeros acuíferos catalogado oficialmente como sobreexplotado.

El río Amarillo, la gran cuenca hidrológica de China, toma su tonalidad de sus aguas al discurrir por este tipo de rocas, al igual que nuestros campos de fútbol, reales de ferias, plazas, vías verdes, corredores metropolitanos, fluviales y en estuarios con uso de albero de la cornisa del río Guadaíra y de sus arroyos del Salado, de la Muela y de la Alcantarilla.

Plazoletas de albero —donde cualquier parterre es un balompié, aunque no fuera mucho mayor que un futbolín, y la portería el banco de forja— son un lugar de encuentro social en muchos casos suprimidos o amputados por los aparcamientos de vehículos privados, muchos de ellos más de un 90% de su vida útil parados. Los humanos no podemos estar parados, pues enfermamos y no nos realizamos como personas, hay tantas cosas que hacer, empecemos por recuperarlas.

Una gran plaza de albero era visita obligada muchos domingos, con dos fuentes de agua pública, para beber en los regazos de unas esculturas de mujer, y dos de piso bajo, que utilizan las palomas y más pájaros, para saciar su sed. Los arvejones —almorta— esos que venden los carritos y que se acaban tan pronto como hambre haya en el ambiente, era compra obligada. Si es entre semana, o temprano de sábado, los arañazos en brazos o posicionamiento en tu cabeza, eran inmediatos, pues "el hambre es muy mala". Avanzado el fin de semana, al igual que el buche, no sucede la mal llamada ley del pobre, "reventar antes de que sobre".

Un regulador térmico que permite caminar incluso a pleno sol frente al asfalto que derrite hasta las suelas de los zapatos. No pongamos más negro en nuestro camino, albero procede etimológicamente de albus, blanco, como las albarizas por la cal, siendo el Marco de Jerez de la Frontera, las únicas a nivel mundial procedentes del secundario junto a la región de Champagne. Un mundo en torno al albero, de coloridos, utilidades y sabores únicos para estampas inolvidables. Prueba de ello nuestra foto en plena infancia del parque con las palomas, blancas, símbolo de la Paz.

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